De todas las decisiones que puede tomar un desarrollador de software en estos tiempos de vigilancia disfrazada de innovación, pocas resultan tan reconfortantes como aquellas que dicen “no” en nombre del usuario. Brave, el navegador centrado en la privacidad, ha decidido plantar cara a una de las funciones más controvertidas de Windows 11: Recall. Y lo ha hecho de manera tajante, anunciando que bloqueará esta función por defecto para todos sus usuarios, salvo que estos indiquen expresamente lo contrario. Una respuesta clara y directa frente a una tecnología que, aunque publicitada como una herramienta de productividad, ha despertado más temores que entusiasmo.
Recall, como sabrás, permite a los ordenadores con Windows 11 y hardware Copilot+ capturar pantallas de manera continua, almacenando así un historial visual que el usuario puede consultar más tarde con ayuda de la inteligencia artificial. Microsoft ha vendido esta idea como un salto adelante en la forma en que interactuamos con nuestros dispositivos, pero muchos expertos en seguridad —y usuarios preocupados por su privacidad— lo han interpretado más bien como una ventana abierta de par en par al corazón de nuestra actividad digital. Brave ha entendido ese malestar y, lejos de quedarse en la crítica teórica, ha tomado cartas en el asunto.
A nivel técnico, la protección que implementará Brave en las próximas versiones del navegador no es solo una declaración de principios: es una barrera activa. Detectará cuándo Recall está intentando capturar la pantalla del navegador y responderá de forma automática mostrando una pantalla en blanco en lugar del contenido real. Para lograrlo, Brave monitoriza procesos específicos del sistema operativo, interceptando el intento de captura en tiempo real. De este modo, aunque Recall siga activo en el sistema, dentro de Brave se encontrará con un muro de silencio visual. Y lo mejor es que todo esto sucede sin que el usuario tenga que hacer absolutamente nada.
Este anuncio de Brave cobra aún más sentido si lo ponemos en el contexto de lo que supimos ayer: la llegada de Copilot Vision. Tal como te contamos, este nuevo servicio de Microsoft va más allá incluso que Recall, ya que captura la actividad en pantalla durante las sesiones con Copilot y envía esos datos directamente a los servidores de la compañía. Aunque Microsoft insiste en que no los usará para entrenar modelos ni para personalizar anuncios, la mera idea de compartir constantemente lo que vemos y hacemos en nuestros dispositivos con una empresa externa ya debería bastar para disparar todas las alarmas. Y Brave, consciente de esa tendencia, ha decidido anticiparse.
Es cierto que Brave no es el navegador más popular del mercado, pero lleva años construyendo una sólida reputación entre quienes valoran su privacidad digital. Su decisión de bloquear Recall por defecto encaja perfectamente en una estrategia que también incluye bloqueo de rastreadores, protección contra fingerprinting, navegación privada con Tor, un motor de búsqueda propio y múltiples opciones para configurar cómo y cuándo se comparten nuestros datos. No se trata de una moda ni de una reacción aislada: es una filosofía coherente, construida paso a paso, que convierte a Brave en un referente en un ecosistema dominado por gigantes que muchas veces tratan la privacidad como un estorbo.
Por supuesto, no se trata de una imposición. Brave permitirá desactivar esta función de protección desde la configuración del navegador, de manera sencilla y transparente. Pero al establecer el bloqueo como la opción por defecto, lanza un mensaje claro: “Sabemos que esto te puede afectar, y vamos a protegerte desde el principio”. Frente a una función como Recall, que ha sido criticada incluso por organismos reguladores, esta decisión se agradece tanto por su contenido como por su forma. Porque la privacidad, hoy más que nunca, debe partir de la protección, no de la renuncia.
En un escenario en el que Microsoft parece cada vez más decidido a llenar Windows de funciones con inteligencia artificial que ven, analizan y procesan todo lo que hacemos, resulta alentador comprobar que aún existen actores que entienden que la libertad del usuario empieza por el control sobre su propia información. Brave no se limita a decirlo: lo demuestra. Y ojalá otros desarrolladores se atrevan a seguir su ejemplo, porque lo que está en juego no es solo la experiencia de usuario, sino el derecho a decidir hasta qué punto queremos que nuestras pantallas sean, también, ventanas abiertas a ojos ajenos. En estos tiempos en que el software parece más interesado en observarnos que en servirnos, toda barrera que se interponga entre nosotros y la vigilancia masiva es, sin duda, un paso en la dirección correcta.
Más información
La entrada Brave Browser bloqueará Windows Recall por defecto se publicó primero en MuyComputer.