El debate entre lo físico y lo digital ha acompañado a los videojuegos durante toda la última década. La distribución online y las bibliotecas en la nube han impulsado la idea de que el formato físico acabará por desaparecer, pero la realidad es más matizada. Sony lo sabe bien: desde 2023 sus consolas ya ofrecen la posibilidad de jugar con o sin lector de discos, gracias a un diseño modular que se consolidó con PlayStation 5 Slim y Pro. Ahora, los rumores apuntan a que PlayStation 6 mantendrá esa misma fórmula, con un lector extraíble disponible desde el primer día.
Según un informe de Insider Gaming, Sony planea lanzar la consola en dos configuraciones: una con la unidad de disco incluida y otra sin ella, dejando en manos del usuario la decisión de comprar el lector aparte y acoplarlo posteriormente. Esta estrategia modular, ya probada en la actual generación, parece haber convencido a la compañía no solo por la flexibilidad que ofrece a los jugadores, sino también por las ventajas que aporta en términos de fabricación y logística.
El motivo principal detrás de esta decisión estaría en la simplificación de la producción. Con un único chasis base, Sony puede cubrir dos segmentos de mercado diferentes —el de quienes prefieren lo digital y el de quienes aún valoran el formato físico— sin necesidad de diseñar y fabricar dos consolas completamente distintas. Desde el punto de vista industrial, significa menos variantes, menores costes de distribución y un proceso de ensamblaje más eficiente.
No obstante, hay también una lectura estratégica. Aunque el mercado tiende hacia lo digital, Sony no parece estar preparada todavía para dar el salto a una consola exclusivamente basada en descargas y streaming. La demanda de juegos en disco sigue siendo significativa, y para una parte de los jugadores el formato físico no solo es un hábito, sino una forma de coleccionismo y preservación. Mantener la opción de un lector externo permite a la compañía sostener ese mercado sin condicionar al resto de usuarios.
El diseño de PlayStation 6, según las filtraciones, también se beneficiaría de esta aproximación modular. Al prescindir del lector en la versión base, la consola puede ser más ligera, compacta y eficiente en el empaquetado, lo que abarata costes de transporte y facilita la distribución. Para quienes opten por el modelo completo, el añadido del lector externo seguiría integrado de forma limpia en el chasis, como ya ocurre con los modelos actuales de PlayStation 5.
Este movimiento continúa una línea que Sony lleva años explorando. La PlayStation 5 Slim introdujo en 2023 la opción del lector desmontable, y el posterior lanzamiento de la PS5 Pro consolidó el formato. Mantenerlo en la próxima generación refuerza la idea de que la compañía lo considera no un experimento pasajero, sino una parte estable de su estrategia de hardware.
Lo que más me llama la atención es cómo Sony parece encontrar un punto de equilibrio en una transición que parecía irreversible. Frente a quienes apostaban por un corte radical con el formato físico, la compañía propone una solución gradual, que ofrece flexibilidad al usuario sin abandonar por completo el soporte tradicional. Y me pregunto si esta continuidad no será, en realidad, la clave de su éxito: permitir que cada jugador decida cómo quiere dar el salto generacional.
Imágenes generadas por IA
La entrada PlayStation 6 podría llegar con disco desmontable se publicó primero en MuyComputer.