No es un problema de velocidad… es un problema de distancia Harry Stamper (Armageddon, 1998)
Su mujer lo llama cobertizo. Él insiste que es el garaje, aunque nunca haya aparcado un vehículo dentro y cumpla eso de que es un sitio o construcción cubierta de forma sencilla y ligera. Tan sencilla y ligera que tiene varias goteras que ha tenido que apañar con parches de madera. El caso es que ese garaje o cobertizo es su espacio durante las tardes de domingo y eso sí que lo respeta su mujer. Y dentro están todos sus proyectos, desde la maqueta del Spitfire que yace esquelética en un rincón hasta las estanterías de la cocina que esperan a un barniz especial que ya empieza a pensar que solamente existe en su imaginación. En la pared del fondo algunas de las herramientas, como la pistola de clavos regalo del último día del padre, no han sido mancilladas por la mano del hombre y cuelgan expectantes y algunas cubiertas de polvo. El proyecto que ahora ha estimulado su atención es la reparación de una vieja nevera que se encuentra en el centro del cobertizo. Quiero decir, del garaje. El electrodoméstico lleva sin funcionar por lo menos una década. Estaba en la casa de la sierra de sus padres y decidió quedársela cuando se juntó con sus hermanos para vaciarla. Realmente la decisión la tomó cuando su hermana pequeña propuso tirarla porque no servía para nada. Pero él recordó las botellas de Mirinda y los polos cubiertos de escarcha del congelador esos fines de semana de verano que pasaban añorando una piscina, jugando al balón en el patio. Una nevera que sobrevivió muchos años a las sugerencias de cambiarla porque «funcionaba perfectamente» según su madre aunque todo lo que se quedaba cerca de la pared del fondo quedase inmediatamente congelado. Pero cuando su hermana quiso tirarla él se sacó de la manga que ellos necesitaban una en el sótano. «Para las barbacoas» propuso ante la mirada atónita de su mujer que seguramente ante la perspectiva de un proyecto más absurdo o más complejo terminó por aceptar la adopción de la vieja nevera. Algo había dejado caer sobre reparar un viejo Mercedes que su amigo del taller iba a mandar al desguace así que ella optó sin dudarlo por el mal menor.
Hoy se ha levantado pronto para afrontar la reparación de la nevera. Ha investigado por Internet pero ha encontrado poca cosa. Un electrodoméstico antiguo es todo un desafío, incluso para el repositorio de información más ciclópeo de la histora de la humanidad. Algunos vídeos de aficionados a lo vintage con consejos en general para la reparación de frigoríficos antiguos y fragmentos de manuales de uso es todo lo que ha encontrado. Pero él es ingeniero y un ingeniero de la vieja escuela no se rinde ante este tipo de desafíos, aunque el garaje/cobertizo esté repleto de proyectos que desmienten esa ilusoria convicción, todo un monumento a lo inacabado. Al entrar enciende las luces que parpadean un instante antes de mostrar la nevera que domina el centro de la estancia reflejando las luces sobre sus cromados algo apagados. Se detiene por un momento en la puerta para meditar los primeros pasos que va a dar para esta nueva empresa. Unos pasos hasta el banco de trabajo para dejar los papeles y se acerca a la nevera para asir el viejo enchufe. Mira a su alrededor, como si no conociera cada centímetro de este garaje, y localiza la toma de corriente más cercana. Va a necesitar el alargador así que deja caer el cable de la nevera para disponer los cables necesarios para conectar la nevera a la corriente. Unos instantes después con aire triunfante introduce el enchufe en la toma del ladrón. Entonces vuelve su mirada a la nevera. Un siniestro silbido y el ruido del compresor que lentamente y lastimosamente se ponía en marcha para presionar los restos del Freon que aún quedaba en los serpentines. Un zumbido, un crujido de protesta y de repente el incofundible sonido del automático saltando y la luz se apagó. «Un cortocircuito» pensó inmediatamente y se dispuso a llegar a tientas a la mesa de trabajo donde tenía la linterna. Pero entonces un resplandor le llamó la atención. Al fijarse se dio cuenta que era una luz que dibujaba de forma inconfundible el perfil de la puerta de la nevera. Se acercó lentamente olvidando la linterna. Al acercarse al frigorífico empezó a escuchar unas voces y se detuvo perplejo. A un paso de la nevera esta empezó a temblar. Dudó durante un segundo pero no pudo contenerse y abrió la puerta.
En un panorama en el que el coche eléctrico se ha asentado como una alternativa interesante (gracias también a subvenciones y ventajas en las ciudades) y a la espera que detalles de infraestructira importantes evolucionen de forma drástica (y según vemos que avanza el panorama legal y regulatorio parece que sí) la competición se hace cada vez más emocionante y cubre todos los formatos: desde utilitarios a grandes SUV e incluso con rarezas como modelos pick-up. Uno de los campos de batallas más interesantes es el de las berlinas, con el Tesla Model 3 y el BYD Seal marcando el ritmo en muchos mercados, destacando por su liderazgo en ventas, tecnología y autonomía, aunque BYD supera a Tesla globalmente en ventas totales gracias a su gama eléctrica e híbrida. Sin embargo hay modelos muy interesantes que aunque por precio o características no terminaen de amenazar a estos dos vehículos.
Modelo analizado
Volkswagen ID.7
Motor y acabado
Pro 210 286 CV 77 kWh
Potencia
286 CV
Velocidad máxima
180 Kmh
Aceleración o-100
6,5 s
Largo/ancho/alto
4961/1862/1536 mm
Potencia máxima RPM
286 CV
Par máximo Nm/RPM
550 Nm
Caja de cambios
Automática
Web
https://www.volkswagen.es/
Precio
54.475 euros
Uno de los modelos más interesantes en este contexto que hemos podido probar recientemente es uno que no acapara titulares pero que tiene muchas características que llaman la atención. Se trata del Volkswagen ID.7, que llega al mercado no como una simple incorporación más al creciente segmento de vehículos eléctricos, sino como un modelo de profunda importancia estratégica para el fabricante alemán. Se posiciona como el sucesor espiritual y tecnológico del icónico Passat, un verdadero éxito en ventas durante toda su vida comercial y un nombre que durante generaciones ha sido sinónimo de transporte familiar fiable y de larga distancia. El ID.7 es la declaración definitiva de Volkswagen en el segmento de las berlinas eléctricas de tamaño mediano, un gran turismo diseñado desde cero para destacar en el arte de cubrir grandes distancias con una eficiencia excepcional, un confort de marcha sumamente refinado y un salto cualitativo notable en acabados y tecnología interior desmarcándose en muchos aspectos de las críticas recibidas por sus hermanos de la gama ID más jóvenes.
Un diseño de ingenieros
En su núcleo, el ID.7 es una apuesta por el diseño basado en la ingeniería. Aprovecha las ventajas de espacio inherentes a la plataforma modular de propulsión eléctrica (MEB) para ofrecer un habitáculo acogedor y espacioso especialmente para los pasajeros traseros que rivaliza con vehículos de una categoría superior. Su sistema de propulsión de nueva generación denominado APP550 junto con una meticulosa optimización aerodinámica alcanza un nivel de eficiencia en el mundo real que impresiona para un vehículo de su considerable tamaño y peso pero también desafía a los referentes establecidos en la industria de cualquier gama. Un punto que le acerca a la legendaria autonomía de los muy ruteros Passat diesel. Esta eficiencia se traduce en una autonomía líder en su clase para viajes largos. La experiencia en la cabina supone un cambio radical con respecto al resto de la gama ID con materiales de mayor calidad y un sistema de infoentretenimiento maduro y receptivo.
El Volkswagen ID.7 se posiciona como una berlina familiar grande que se posiciona por dimensiones en el segmento E del mercado del automóvil. Esta clasificación lo sitúa en un panorama complejo y ferozmente competitivo. Sus principales rivales son un grupo diverso que incluye al indiscutible referente del segmento el mencionado Tesla Model 3 aunque es importante señalar que el ID.7 es un vehículo sustancialmente más grande además de otras características en las que supera al coche americano. Otros competidores clave son el estilísticamente atrevido Hyundai Ioniq 6, el BYD Seal y ofertas más tradicionales como el BMW i4. Decimos que es un enfrentamiento complejo porque por debajo el Model 3 y el Seal son rivales mortales por su precio atractivo, mientras que el BMW pone sobre la mesa refinamiento y prestigio de marca.
Con este panorama tan complicado y cambiante la acogida comercial del ID.7 ha sido una historia de marcados contrastes. En su mercado local, Alemania, y en todo el norte de Europa, el ID.7 ha sido un éxito notable llegando a ser durante varios meses el vehículo eléctrico más vendido en Alemania, un testimonio de la fuerte lealtad a la marca y la influencia del mercado de leasing corporativo. Sin embargo, la situación en el sur de Europa es radicalmente diferente. En mercados como España y otros del sur de europa las ventas han sido mucho más contenidas. El problema fundamental es el precio que no solamente supone una barrera inicial sino que concretamente en España impide que el ID.7 entre dentro del programa MOVES de subvención al vehículo eléctrico ya que el precio base supera los 45.000 euros. En Francia por ejemplo VolksWagen ha descontado el modelo de forma muy agresiva para entrar dentro del precio subvencionable.
El hándicap del precio
Este hándicap del precio hace que el ID.7 parta con una fuerte desventaja a menos que pueda posicionarse más cerca (por calidad y prestaciones) del BMW así que es fundamental examinar qué ofrece, por lo que pasaremos a la prueba propiamente dicha. Con el diseño exterior del Volkswagen ID.7 Volkswagen parece seguir con la intención de posicionar este modelo como sucesor del Passat ya que sus formas recuerdan a una berlina tradicional, renunciando a audacias estéticas como las de sus hermanos ID. Es una opción que recata de alguna manera la identidad de marca de Volkswagen, que siempre ha priorizado una estética atemporal y práctica sobre tendencias de estilo más extravagantes. El objetivo es ofrecer una familiaridad tranquilizadora para facilitar la transición a su vasta base de clientes tradicionales.
El frontal es limpio y moderno caracterizado por un capó largo y musculoso esculpido tridimensionalmente y unos delgados faros LED, conectados por la ya característica barra de luz de los eléctricos de la marca. El lateral está definido por líneas tensas y fluidas rozando lo deportivo con una marcada línea de carácter bajo la larga superficie acristalada. Estas líneas también recuerdan un poco al Passat pero quizás más al Arteon shooting brake por su línea deportiva. La zaga está dominada por una franja horizontal de LED que integra los pilotos traseros, una elección de diseño que enfatiza eficazmente la considerable anchura y la postura estable del vehículo así como la voluntad de identificar a este modelo como todo un heredero de los Gran Turismo.
Aunque la estética puede definirse como conservadora la ciencia detrás de la forma del ID.7 es todo lo contrario. La forma del coche está dictada sobre todo por la búsqueda obsesiva de la eficiencia aerodinámica, un elemento fundamental para un coche eléctrico que quiera definirse como rutero. La elegante silueta de tipo fastback, que oculta inteligentemente una práctica apertura de portón trasero, y el parabrisas muy inclinado son elementos cruciales para lograr un excepcional coeficiente de resistencia aerodinámica de solo 0,23. Esta cifra sitúa al ID.7 entre los coches de producción más aerodinámicos del mundo y es la piedra angular de su impresionante autonomía en el mundo real. Este bajo coeficiente es el resultado de un enfoque integral que incluye unos bajos casi completamente carenados, deflectores de aire en las ruedas y un diseño de llantas y manetas de las puertas optimizado para minimizar la resistencia al aire.
El interior del Volkswagen ID.7 representa una significativa y deliberada corrección de rumbo que responde directamente a las críticas sobre la percibida baja calidad de modelos ID anteriores. Volkswagen ha dotado a su nuevo buque insignia eléctrico de un habitáculo que se siente genuinamente premium y con elementos con un diseño y manejo más tradiciona, allí donde la innovación chocaba directamente con la usabilidad. Además la mejora en la calidad de los materiales así como el ajuste y el acabado es inmediatamente evidente. La arquitectura del salpicadero es limpia y minimalista, orientada horizontalmente para crear una sensación de amplitud. Las superficies superiores están revestidas de plásticos de tacto blando mientras que los asientos están tapizados en materiales de alta calidad como la microfibra «ArtVelours» y el cuero sintético. Detalles cuidados, como el revestimiento de fieltro en los bolsillos de las puertas y la guantera, elevan la experiencia táctil.
Corrección de defectos
El punto central del habitáculo, tanto por funcionalidad como por estética, es la nueva y enorme pantalla de infoentretenimiento de 15 pulgadas que gobierna la mayoría de las funciones del vehículo. Este sistema es un salto generacional sobre sus predecesores en diferentes aspectos. Sin embargo el cuadro de instrumentos tradicional sigue viéndose reducido a una pequeña pantalla integrada en el salpicadero, un enfoque minimalista que en este modelo sin embargo queda complementada por el Head-Up Display de serie, que se convierte en la principal fuente de información para el conductor proyectada sobre el parabrisas. Por lo tanto se mantiene la criticada pantalla detrás del volante demasiado sucinta en información pero la presencia del HUD compensa en parte.
Una de las principales quejas de modelos anteriores se ha solucionado: los deslizadores táctiles para el climatizador y el volumen situados en la base de la pantalla ahora están iluminados para poder encontrarlos a oscuras. Sin embargo la continua dependencia de estos controles y de los botones capacitivos en el volante en lugar de mandos físicos sigue siendo una elección ergonómica controvertida. En cuanto a la habitabilidad el interior del ID.7 es una clase magistral en el aprovechamiento de las ventajas de una plataforma eléctrica dedicada. La arquitectura MEB, con su suelo plano y la ausencia de túnel de transmisión permite un habitáculo de dimensiones realmente impresionantes incluso para su tamaño. La larga distancia entre ejes de 2,97 metros se traduce en un espacio interior que podríamos definir como palaciego, especialmente para los ocupantes traseros cuyo espacio para las piernas es sencillamente enorme. A pesar de la línea de techo descendente el espacio para la cabeza también es más que suficiente incluso para pasajeros de cierta estatura.
La practicidad se extiende al maletero. El ID.7 es técnicamente por diseño un fastback de cinco puertas lo que significa que toda la luneta trasera se eleva con el portón creando una apertura enorme y práctica. El maletero ofrece unos generosos 532 litros de capacidad, una cifra que supera significativamente a rivales como el Hyundai Ioniq 6. Abatiendo los asientos traseros el volumen total se amplía hasta los 1.586 litros. Una omisión notable es la falta de un maletero delantero o «frunk» que sí ofrecen otros modelos de la competencia. Esta ha sido consecuencia de una decisión de ingeniería consciente para permitir un radio de giro excepcionalmente reducido de 10,9 metros, una ventaja práctica significativa para maniobrar un coche de este tamaño. Hemos podido experimentar esta característica y nos hemos quedado literalmente con la boca abierta. El ID.7 maniobra mejor que muchos modelos de mucho menor tamaño.
Un monumento a la eficiencia
Para convertir a este modelo en todo un rutero Volkswagen no se ha conformado con la aerodinámica. De hecho el Volkswagen ID.7 estrena la nueva generación del sistema de propulsión eléctrica de la marca centrado en el motor APP550 de alta eficiencia. Esta unidad en su configuración de un solo motor impulsa las ruedas traseras y es el motor eléctrico más potente y con mayor par de un modelo ID hasta la fecha produciendo 210 kW (286 CV) y unos impresionantes 545 Nm de par. Volkswagen ofrece el ID.7 con dos opciones de batería. El modelo Pro, el estándar, está equipado con una batería de 77 kWh de capacidad útil que proporciona una autonomía homologada WLTP de hasta 621 km. Para maximizar la autonomía el modelo Pro S cuenta con una batería más grande de 86 kWh de capacidad útil que eleva la autonomía oficial WLTP hasta unos notables 700 km.
Quizás el aspecto más convincente del sistema de propulsión del ID.7 es su excepcional eficiencia en el mundo real. Hemos llevado al ID.7 por carreteras y autopistas, las pruebas de autonomía más duras para un coche eléctrico, y este modelo logró un consumo medio de energía de aproximadamente 17 kWh/100 km, lo que sugiere una autonomía real muy por encima de los 500 km en los entornos mencionados con una velocidad media alta y una conducción normal, sin buscar el máximo de autonomía. Otras pruebas que hemos realizado también en carretera y autopista pero con algo más de cuidado en el consumo nos han llevado a gastar por debajo de los 16 kWh a los 100 kilómetros. Estas cifras son notables para un vehículo que pesa más de 2,2 toneladas y desde luego por debajo de lo que hemos probado con sus características.
Gran capacidad de carga
Las capacidades de carga del ID.7 también le hacen ideal para rutas largas y son competitivas con la competencia. El modelo Pro de 77 kWh admite carga rápida en corriente continua a velocidades de hasta 175 kW, mientras que la batería más grande de 86 kWh del Pro S puede aceptar hasta 200 kW en cargadores que lo permitan. Estas velocidades permiten al modelo Pro reponer su batería del 10% al 80% en aproximadamente 28 minutos. Esta combinación de eficiencia energética, tamaño generoso de la batería y capacidad de carga rápida también recuerdan a las autonomías de los Passat diesel, un coche muy apreciado y buscado por aquellos profesionales que tenían que recorrer muchos kilómetros en carretera y que buscaban autonomía pero también la fiabilidad del propulsor Volkwsagen y unos consumos ajustador. Podríamos decir que el ID.7 no tiene nada que envidiar a esos modelos.
La característica dinámica que define al Volkswagen ID.7 es sin duda alguna su marcada sensación de confort y refinamiento de marcha. Todo el vehículo ha sido diseñado para funcionar como una interpretación moderna del clásico crucero de Autobahn alemán y que una vez más nos recuerda al mítico Passat. La base de este confort es un sofisticado sistema de suspensión, con un diseño McPherson delante y un avanzado esquema multibrazo detrás. La suspensión de serie está ajustada para una conducción suave y confortable pero el sistema opcional de amortiguación adaptativa DCC (Dynamic Chassis Control) es una característica transformadora. El DCC ofrece un amplio espectro de ajuste que permite al conductor elegir entre un modo Confort más tranquilo y sumamente suave y un ajuste Sport más firme y controlado que cambia la personalidad del coche por completo convirtiéndolo casi en un deportivo por sus reacciones.
Confort sobresaliente
Este enfoque en el confort se complementa con un excepcional refinamiento del habitáculo. El funcionamiento casi silencioso del motor eléctrico se combina con niveles muy bajos de ruido de viento y un ruido de rodadura bien suprimido creando un ambiente sereno que compite con coches de lujo de una franja de precio superior. A pesar de sus considerables dimensiones y peso, el ID.7 muestra un sorprendente grado de agilidad. El bajo centro de gravedad, beneficio natural de la batería montada en el suelo, mitiga eficazmente el balanceo de la carrocería. La dirección progresiva, que se vuelve más rápida a medida que se gira el volante permite una conducción relajada en autopista y requiere menos esfuerzo en maniobras de aparcamiento o en carreteras sinuosas. La tracción trasera proporciona una sensación de equilibrio satisfactoria.
En ciudad el propulsor eléctrico y la excelente insonorización convierten al ID.7 en una herramienta de transporte que incita a la relajación provocando un efecto limusina en los pasajeros y aislando del tráfico y del caos ciudadano al conductor. La mencionada capacidad de maniobra junto con el siempre completísimo conjunto de auydas a la conducción y al aparcamiento hace que incluso los desafíos más complejos de la conducción urbana como aparcamientos angostos o calles estrechas no sean un problema para un coche de las dimensiones del ID.7.
Conclusiones
Así pues la pregunta es clara: ¿merece la pena pagar el precio del ID.7? La pregunta es peliaguda ya que por precio se encuentra significativamente por debajo de las berlinas de lujo con las que compite y ofrece mucha de las características premium de estas. Aunque en materiales y acabados aún se encuentre ligeramente por debajo en lo que se refiere a equipamiento, habitabilidad y características técnicas compite sin complejos con modelos más lujosos de los sospechosos habituales. Pero si comparamos al ID.7 con los modelos que ya hemos mencionado como el Tesla Model 3 o el BYD Seal no sale bien parado en precio, aunque se coloca un escalón por encima en cuanto a calidad, compite sin complejos en prestaciones y supera ligeramente a ambos en habitabilidad.
El inconveniente en este caso es que no consigue por precio entrar en la subvención MOVES lo que supone un gran hándicap. En este caso quedarse en tierra de nadie más que ser una ventaja por no tener competencia a la vista se convierte en un gran hándicap ya que la diferencia de precio se acentúa. Pero el Volkswagen ID.7 es sin duda una pieza de ingeniería automotriz sobresaliente, quizás se trate del coche más maduro y mejor resuelto que Volkswagen ha construido sobre su plataforma MEB representando un regreso triunfal a los valores fundamentales de la marca de calidad, confort y practicidad y convirtiéndose sin ninguna duda en un digno sucesor del Passat en cuanto a coche rutero, fiable y eficiente. Cumple inequívocamente su misión como gran turismo eléctrico de larga distancia. Además el ID.7 corrige con éxito las debilidades de sus predecesores de la gama ID. La calidad del habitáculo es un salto generacional y el software es rápido e intuitivo.
Valoración final
8.7
NOTA
NOS GUSTA
Buenos acabados
Confort de marcha
Gran eficiencia energética
A MEJORAR
Precio
RESUMEN
Un digno sucesor para la eficiencia y fiabilidad rutera del VolksWagen Passat con un confort y eficiencia sobresalientes, lástima que el precio le deje con algo de desventaja frente a la competencia.
Prestaciones8.5Diseño9Consumo9Confort8.5Sistema de infoentretenimiento8.5
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