La Steam Machine que presentó Valve hace solo unos días representa un nuevo intento de la compañía de hacerse un hueco en el mercado de las videoconsolas. Ya lo intentó en 2015, y como os conté en su momento en este artículo la idea era interesante, pero la puesta en escena no fue buena y estuvo cargada de errores.
La nueva consola de Valve corrige muchos de los errores que cometieron con las Steam Machines de primera generación. Uno de los más importantes es el sistema operativo, el nuevo modelo viene con SteamOS, un sistema operativo optimizado para juegos que no solo ofrece un excelente rendimiento y un bajo consumo de recursos, sino que además tiene un alto grado de compatibilidad.
Valve no ha concretado el precio de venta de esta consola. Solo ha dicho que la Steam Machine tendrá un precio «competitivo», lo que significa que será razonable comparado con otras consolas del mercado. Dado que esta compite con PS5 y Xbox Series X creo que es lógico pensar que su precio estará en una franja cercana al que tienen esas dos consolas.
¿Qué significa esto? Viendo las especificaciones que tiene la Steam Machine no creo que su precio vaya a ser de 500 euros, y tampoco de 600. Yo apostaría a que va a estar en la franja de los 1.000 euros aproximadamente, dependiendo de la configuración que escojamos y del almacenamiento dispone, ya que podremos elegir entre un modelo base con SSD de 512 GB y llegar hasta el tope de gama con 2 TB.
Cómo se compara la Steam Machine con PS5 y Xbox Series X
Esta consola utiliza un diseño muy distinto al de PS5 y Xbox One X. No monta una APU (CPU + GPU integradas en el mismo encapsulado), sino que viene con una CPU y una gráfica separadas que disponen de sus propios recursos, y tienen su propio TDP.
La diferencia que esto representa es muy importante. En PS5 y Xbox Series X la CPU y la GPU comparten TDP, y también utilizan el mismo bus y la misma memoria, que está unificada. Esto tiene sus ventajas, como por ejemplo que todas las comunicaciones se hacen a través del mismo bus y que la memoria disponible se puede utilizar para datos del sistema y para datos gráficos.
En PS5 y Xbox Series X no existe una separación rígida entre RAM y VRAM, cosa que sí existe en la Steam Machine. Sin embargo, esa interfaz unificada también tiene sus desventajas, entre las que destacan un menor ancho de banda, una mayor latencia y pérdidas de rendimiento cuando se producen accesos conjuntos a la memoria por la CPU y la GPU, ya que ambos pasan por el mismo bus.
La Steam Machine tiene un bloque de 16 GB de DDR5 que se utiliza para el sistema, y que se comunica con la CPU a través de su propio bus, y cuenta con una solución gráfica RDNA 3 semipersonalizada de AMD que dispone de 8 GB de GDDR6, que se utiliza únicamente como memoria gráfica y que se comunica con la GPU a través de su propio bus.
Esta consola tiene más recursos que PS5 y Xbox Series X a nivel de memoria, aunque están distribuidos de una manera diferente, ya que se encuentran segmentados.
Diferencias a nivel de CPU
PS5 y Xbox Series X llegaron al mercado hace ya cinco años, así que sus componentes utilizan arquitecturas que ya han sido ampliamente superadas. Como es lógico, la Steam Machine es superior en este sentido, tanto a nivel de CPU como de GPU. Vamos a verlo al detalle:
PS5: tiene una CPU Zen 2 de AMD con 8 núcleos y 16 hilos funcionando a una velocidad pico de 3,5 GHz y 8 MB de caché L3.
Xbox Series X: tiene una CPU Zen 2 de AMD con 8 núcleos y 16 hilos a una velocidad de 3,6 GHz y 8 MB de caché L3.
La Steam Machine monta una CPU Zen 4 de AMD. Esta tiene 6 núcleos y 12 hilos, es decir, 2 núcleos y 4 hilos menos que la solución utilizada en PS5 y Xbox Series X, pero no os dejéis engañar por este dato, ya que aunque a simple vista no lo parezca es un procesador mucho más potente que los de esas dos consolas porque:
Su IPC es alrededor de un 32% más alto al estar basado en Zen 4.
Funciona a una velocidad pico mucho más alta, 4,8 GHZ.
Tiene 32 MB de caché L3, es decir, cuatro veces más que la CPU de PS5 y Xbox Series X.
Las diferencias a nivel de CPU son muy grandes, y confirman que el procesador que monta la Steam Machine rendirá mucho mejor en juegos.
Diferencias a nivel de GPU
Como dije en el apartado anterior, PS5 y Xbox Series X ya tienen cinco años, así que también han quedado desfasadas en arquitectura gráfica, aunque en este caso la situación es pero para la consola de Sony, porque esta utiliza una generación inferior a la de la consola de Microsoft. Os lo explico:
PS5 utiliza una GPU RDNA 1.5 (sin soporte de INT8) con 2.304 shaders, y tiene una potencia pico de hasta 10,29 TFLOPs en FP32.
Xbox Series X utiliza una GPU RDNA 2 (con soporte de INT8) con 3.328 shaders y tiene una potencia pico de 12,15 TFLOPs en FP32.
Valve ha confirmado que su Steam Machine monta una gráfica Radeon RDNA 3 semipersonalizada. Estas son sus especificaciones:
1.792 shaders.
112 unidades de texturizado.
64 unidades de rasterizado.
Frecuencia de 2,45 GHz.
28 núcleos para acelerar trazado de rayos.
Bus de 128 bits.
2 MB de caché L2.
32 MB de caché infinita (L3).
8 GB de memoria GDDR6 (probablemente a 18 Gbps).
Bus de 128 bits.
TDP de 110 vatios.
Esta GPU utiliza una arquitectura más avanzada que PS5 y Xbox Series X, y básicamente es una Radeon RX 7600 recortada de 2.048 shaders a 1.792 shaders. Soporta shaders de doble emisión, y por tanto su pico de potencia máxima es de 17,56 TFLOPs en FP32.
Sobre el papel, la GPU de la Steam Machine es más avanzada y también más potente. También tiene todo lo necesario para soportar FSR 4 en su versión INT8 con una menor pérdida de rendimiento, algo que podría darle una gran ventaja frente a las consolas de Sony y Microsoft.
Cómo se compara la Steam Machine con un PC
La verdad es que esta consola es, en esencia, un PC consolizado. Su composición es la misma que la de un PC compacto, ya que integra una placa base sobre la que se montan por separado una CPU AMD Zen 4, 16 GB de memoria DDR5, una gráfica Radeon RDNA 3 de AMD y una unidad de almacenamiento SSD M.2 en formato 2230.
Solo hay una diferencia importante entre la Steam Machine y un PC equivalente, SteamOS. Este sistema operativo está optimizado para juegos, y Valve lo ha pulido para darle un soporte perfecto en su nueva consola. Esto quiere decir que un PC con el mismo hardware que esta Steam Machine, pero basado en Windows 11, rendirá mucho peor en juegos.
Con todo, como he dicho al final no deja de ser un PC, y prueba de ello la tenemos en que podremos instalar Windows 11 en la Steam Machine sin ningún tipo de problema. Esto es algo que no podemos hacer con PS5 y Xbox Series X, ya que ambas tienen un diseño cerrado y limitado en este sentido.
A qué gráfica de PC equivale la GPU de la Steam Machine
No hay una equivalencia directa en PC, pero su GPU es básicamente una Radeon RX 7600 recortada. Esta utiliza el mismo núcleo gráfico y la misma arquitectura, pero tiene las siguientes especificaciones:
2.048 shaders.
128 unidades de texturizado.
64 unidades de rasterizado.
Frecuencia de 2,65 GHz.
32 núcleos para acelerar trazado de rayos.
Bus de 128 bits.
2 MB de caché L2.
32 MB de caché infinita (L3).
8 GB de memoria GDDR6 a 18 Gbps.
Bus de 128 bits.
La gran diferencia entre la Radeon RX 7600 y la GPU de la Steam Machine es que la segunda tiene 28 unidades de computación activas de 32 posibles, lo que hace que su conteo de shaders baje de 2.048 a 1.792 shaders.
A qué procesador de PC equivale la CPU de la Steam Machine
En este caso la equivalencia es todavía más sencilla, ya que es básicamente un Ryzen 5 7500F con un pequeño recorte de frecuencia. Este utiliza la misma arquitectura, Zen 4, tiene también 6 núcleos y 12 hilos con 32 MB de caché L3, pero funciona a un máximo de 5 GHz.
La CPU de la Steam Machine trabaja a un máximo de 4,8 GHz, así que la diferencia entre esta y el Ryzen 5 7500F son esos 200 MHz de frecuencia.
¿Qué rendimiento podemos esperar de la Steam Machine?
Su configuración deja muy claro que se trata de una consola para jugar en 1080p a juegos actuales. Está equipada con una GPU RDNA 3 que es inferior a la Radeon RX 7600, y tiene 8 GB de memoria gráfica, así que esa resolución es el nivel adecuado para conseguir un buen equilibrio entre calidad gráfica y rendimiento.
Con la Steam Machine se podrá jugar en 1080p y calidad media o alta y 60 FPS estables sin problema, incluso con juegos exigentes, y en calidad máxima a títulos menos exigentes.
Esta consola dispone de hardware dedicado para acelerar trazado de rayos, así que no tendremos problema para mover juegos como DOOM The Dark Ages e Indiana Jones y el Gran Círculo. No obstante, esta tecnología es muy exigente, y tendrá un gran impacto a nivel de rendimiento.
Como la Steam Machine utiliza la arquitectura RDNA 3 el soporte oficial estará limitado a FSR 3.1 y a Fluid Motion Frames. No será compatible oficialmente con FSR 4, salvo que se libere una versión oficial de esta tecnología basada en el modelo acelerado bajo INT8.
¿Significa esto que no se podrá utilizar para jugar en 1440p o en 4K? Se podrá jugar en dichas resoluciones, pero no son los niveles ideales ni por rendimiento ni por las limitaciones que imponen sus 8 GB de memoria gráfica.
Jugar en 1440p sería viable si ajustamos la calidad gráfica, y si recurrimos a FSR para aplicar reescalado. Lo mismo ocurriría si queremos jugar en 4K, esta resolución sería viable si utilizamos FSR en modo rendimiento y si reducimos bastante la calidad gráfica para evitar problemas por falta de potencia y para no superar la capacidad de la memoria gráfica.
Opinión personal sobre la Steam Machine
Me parece una consola interesante, y creo que este modelo sí que va a tener éxito, pero también tengo claro que Valve podría haber hecho las cosas mejor a nivel de hardware. No tengo objeciones con la CPU escogida, ni tampoco con los 16 GB de RAM, porque con SteamOS es más que suficiente para asegurar un buen rendimiento.
Sin embargo, la GPU que ha montado Valve en esta consola me parece una elección poco acertada. Entiendo que hay que hacer ciertos sacrificios por cuestión de espacio, de consumo y de costes, pero puestos a montar una solución semipersonalizada de gama de entrada podrían haber optado por una versión semipersonalizada de la Radeon RX 9060.
Dicha gráfica tiene un TBP de 132 vatios, así que reduciendo un poco la frecuencia se podría haber reducido sin problema a 110 vatios. La mejora en potencia gráfica habría sido significativa, tanto en rasterización como en trazado de rayos, y además tendríamos soporte nativo de FSR 4 (modelo FP8), ya que esta gráfica utiliza la arquitectura RDNA 4.
Entiendo que este cambio habría aumentado el precio de venta, pero habría mejorado mucho el equilibrio de componentes, y además habría asegurado el soporte de las tecnologías que implementará AMD en FSR Redstone, y que ya hemos empezado a ver con el debut de la «Regeneración de Rayos» en Call of Duty Black Ops 7.
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