Hay gestos tan pequeños que, cuando finalmente ocurren, nos preguntamos por qué no habían llegado antes. Pocos navegadores son tan identificables como Chrome, con su diseño limpio y su clásica franja superior repleta de pestañas abiertas que delatan una sesión de trabajo (o dispersión) prolongada. Pero en un movimiento tan discreto como esperado, Google ha decidido repensar ese espacio: las pestañas verticales llegan oficialmente a Chrome, aunque por ahora solo en su versión experimental.
El cambio puede parecer menor, pero tiene implicaciones importantes en el uso cotidiano del navegador. En lugar de apilar las pestañas horizontalmente en la parte superior, el nuevo sistema las desplaza a una columna lateral, permitiendo un mayor control visual, especialmente en sesiones con muchas pestañas abiertas. Microsoft Edge, Vivaldi o incluso Firefox ya ofrecían versiones similares. Chrome, fiel a su estilo, ha tardado más, pero ha optado por una integración limpia y sin depender de extensiones.
Para probar esta novedad es necesario instalar Chrome Canary, la versión en desarrollo del navegador que Google utiliza como banco de pruebas. Una vez allí, basta con hacer clic derecho en la barra de pestañas tradicional y seleccionar la opción “Mostrar pestañas a un lado” para activar el modo vertical. El resultado es una lista más clara y accesible, ideal para quienes trabajan con muchas páginas abiertas o necesitan alternar con frecuencia entre documentos, correos y herramientas web.
Más allá de lo estético, las pestañas verticales mejoran la eficiencia en pantallas amplias, especialmente cuando se trabaja con hojas de cálculo, documentos de texto o editores online. Al liberar espacio en la parte superior, permiten ver más contenido sin reducir el zoom ni cerrar otras ventanas. También evitan el típico problema de las pestañas comprimidas hasta la invisibilidad, algo común en sesiones multitarea. Y si bien implican algo más de desplazamiento en la barra lateral, el balance resulta claramente positivo para muchos usuarios.
De momento, esta funcionalidad solo está disponible en Chrome Canary, pero es previsible que llegue a la versión estable en futuras actualizaciones. Las pruebas en Canary anticipan desarrollos que, si reciben buena acogida técnica, terminan implementándose a gran escala. En este caso, todo apunta a que las pestañas verticales no solo sobrevivirán, sino que se integrarán como opción dentro del menú habitual de personalización del navegador.
Durante años, las extensiones fueron la única forma de lograr algo parecido, pero muchas eran inestables, invasivas o incompatibles con las actualizaciones de Chrome. La introducción nativa de esta función marca un cambio de enfoque por parte de Google: reconocer que algunos elementos del diseño tradicional ya no se ajustan al uso moderno y que la personalización no debe depender siempre de terceros. El ecosistema Chrome, tan potente como limitado en ciertos aspectos, empieza a abrirse a ajustes largamente demandados.
Y es que a veces no hace falta reinventar la rueda para mejorar la experiencia digital. Un pequeño cambio en la disposición de las pestañas puede suponer una gran diferencia en el día a día de quienes pasamos horas navegando, leyendo, escribiendo o gestionando tareas. Chrome no ha sido el primero en adoptar esta opción, pero sí ha sabido integrarla de forma discreta y funcional. En tiempos donde la productividad se mide en píxeles aprovechados, ganar unos cuantos en vertical puede ser más valioso de lo que parece.
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