Hay cifras que hablan por sí solas, y otras que gritan. Superar los 13.000 MT/s en memoria DDR5 pertenece sin duda a la segunda categoría. Pero lo realmente interesante no es el número, sino lo que representa: una declaración rotunda de lo que hoy es capaz de lograr una plataforma de alto rendimiento cuando se combina el mejor hardware con la voluntad de ir más allá de los límites. La AORUS TACHYON ICE no es solo una placa base más. Es una herramienta construida con un propósito muy específico: destrozar récords. Y lo ha vuelto a hacer.
Ayer mismo, GIGABYTE anunció un nuevo récord mundial de velocidad de memoria DDR5: nada menos que 13.530 MT/s, la cifra más alta jamás registrada. El hito fue alcanzado gracias a la placa base Z890 AORUS TACHYON ICE, en combinación con módulos de memoria Corsair y procesadores Intel Core Ultra (Serie 2). Los responsables de esta hazaña fueron el overclocker de élite Sergmann y el legendario HiCookie, quien ya ha estado presente en numerosas marcas históricas dentro del overclocking extremo.
Pero este logro no es casualidad. La TACHYON ICE ha sido diseñada desde cero para el rendimiento extremo. Su arquitectura integra un diseño de potencia totalmente digital, una entrega de energía ultra limpia y una colección de herramientas pensadas específicamente para quienes no se conforman con las especificaciones de fábrica: teclas físicas de acceso directo, interruptores de palanca de precisión y sistemas de detección de voltaje en tiempo real que ofrecen un control absoluto sobre cada ajuste. Todo en esta placa responde a una sola obsesión: permitir alcanzar lo imposible.
La colaboración entre GIGABYTE, Corsair e Intel ha sido clave en este proceso. De hecho, el propio Dan Ragland, Arquitecto Jefe de Overclocking en Intel, ha reconocido que el diseño del subsistema de memoria de los procesadores Core Ultra, junto con la estrecha colaboración con los socios del ecosistema, ha posicionado a su plataforma como líder indiscutible en overclocking de memoria. No es casual que varias generaciones consecutivas de récords hayan estado asociadas a esta combinación tecnológica.
Más allá del récord concreto, lo que este avance pone de manifiesto es una tendencia clara en el sector: la búsqueda constante de nuevas cotas de rendimiento ya no se limita a la competencia simbólica entre entusiastas. Estas plataformas están marcando el camino hacia sistemas más preparados para soportar cargas como la inteligencia artificial, la simulación científica o el modelado 3D avanzado. El overclocking extremo, antes un ejercicio de prestigio, se ha convertido también en campo de pruebas para tecnologías que luego se trasladan a usos reales.
Conviene recordar, además, que esta no es, ni mucho menos, la primera vez que la AORUS TACHYON ICE firma un récord mundial. Su historial es ya notable dentro de las principales plataformas de overclocking, lo que consolida a GIGABYTE como uno de los actores más relevantes —y constantes— en este campo. No compite por estar en la conversación: domina la categoría. Con cada nueva versión de su línea TACHYON, la marca ha ido perfeccionando un enfoque técnico radical que pone el rendimiento absoluto en el centro de la ecuación.
Cuando el hardware se convierte en una herramienta de superación, los resultados trascienden las especificaciones. Porque aunque la mayoría de usuarios nunca lleve su memoria a los 13.530 MT/s, saber que una placa como la TACHYON ICE existe, y que puede hacerlo, redefine nuestras expectativas. No se trata solo de romper récords: se trata de ampliar los márgenes de lo posible. Y en eso, GIGABYTE lleva ventaja.
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