Si hubo una consola que cambió la historia de Microsoft en el mundo del videojuego, esa fue Xbox 360. Su legado sigue vivo en la memoria de los jugadores, no solo por su excelente catálogo y el salto tecnológico que representó, sino también por la enorme comunidad que se construyó a su alrededor. Fue una generación en la que Xbox logró competir de tú a tú con PlayStation, en una de las «guerras de consolas» más intensas que se recuerdan.
Uno de los nombres clave detrás de ese éxito fue Peter Moore, quien en aquella época desempeñó un papel fundamental como ejecutivo de Xbox. Moore, que llegó a Microsoft tras su paso por Sega, fue una de las caras más visibles de la marca y ayudó a definir la estrategia que permitió a Xbox 360 posicionarse como una de las consolas más influyentes de la historia.
Mirando atrás, Moore destaca, en una reciente entrevista, que el lanzamiento anticipado de Xbox 360 en 2005 fue una decisión estratégica crucial. Microsoft no quería repetir los errores de la Xbox original, que llegó tarde y con poca base instalada. Para asegurarse de que su nueva consola tuviera un impacto inmediato, apostaron por adelantarse a PlayStation 3 y por centrar su estrategia en dos pilares fundamentales: la alta definición y la conectividad online. En ese momento, ambas eran apuestas arriesgadas, pero se convirtieron en dos de los factores que definirían el futuro de los videojuegos.
Otro punto clave en la visión de Moore fue el enfoque «Gamer First», una filosofía que ponía a los jugadores en el centro de la estrategia de Xbox. Un claro ejemplo de esto fue el evento «Zero Hour», un lanzamiento pensado no para minoristas o prensa, sino para la comunidad de jugadores. Celebrado en Palmdale, California, en un ambiente similar al de Área 51, este evento marcó un punto de inflexión en la forma en que Xbox se relacionaba con sus seguidores.
La apuesta por las exclusivas también jugó un papel fundamental en la consolidación de Xbox 360. Moore recuerda cómo la llegada de Grand Theft Auto a la plataforma permitió atraer a un público más amplio, y cómo Halo se convirtió en el emblema de la marca. Sin embargo, no todo fue fácil. Microsoft tuvo serias dificultades para conseguir el apoyo de los desarrolladores japoneses, que seguían viendo a PlayStation como su plataforma principal. Para tratar de cambiar esta percepción, la compañía trabajó estrechamente con estudios como Capcom y Konami, además de impulsar RPGs exclusivos como Lost Odyssey y Blue Dragon, en un intento de conectar con el público nipón.
Con el paso del tiempo, la industria ha cambiado y también lo ha hecho la estrategia de Xbox. Moore reconoce que las guerras de consolas de aquella época fueron beneficiosas para el sector, ya que motivaban a las compañías a superarse constantemente. Sin embargo, cree que la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft es un reflejo de cómo la compañía ha cambiado su enfoque, apostando por una estrategia más orientada al ecosistema de servicios y la multiplataforma.
Aunque lleva años fuera de la industria, Moore sigue de cerca la evolución del sector y se muestra especialmente impresionado por la capacidad de Nintendo para reinventarse y seguir siendo relevante, algo que considera clave para el éxito a largo plazo. Mientras tanto, el legado de Xbox 360 sigue intacto, recordado por muchos como la generación en la que Microsoft estuvo más cerca que nunca de liderar el mundo del videojuego.
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