La latencia es uno de los aspectos que más puede influir en nuestra experiencia de uso cuando estamos jugando a títulos online, y también cuando estamos navegando por Internet o viendo contenidos multimedia en streaming. Su impacto, y su importancia, son tan grandes que una latencia elevada puede arruinar incluso la conexión a Internet con mayor velocidad del planeta.
No es un tema que debamos tomarnos a la ligera. Está muy bien tener una conexión rápida, al fin y al cabo si contamos con mayores velocidades de subida y de bajada podremos descargar y subir contenidos en menos tiempo, pero si la latencia no está a la altura tendremos una experiencia tan mala que puede llegar a ser desastrosa.
Hace tiempo hablamos del tema de la latencia relacionada con el juego en la nube, de hecho en su momento nos hicimos eco de una comparativa entre GeForce Now y Google Stadia, y hoy queremos centrarnos en aclarar con precisión qué es exactamente la latencia y por qué es tan importante cuando hablamos del juego online.
¿Qué es exactamente la latencia y cómo afecta a los juegos?
La latencia se refiere al retraso que se produce desde que unos paquetes de datos completan un recorrido de ida y vuelta, es decir, desde que salen del equipo de origen hasta que llegan al de destino y vuelven al equipo de origen.
Lo entenderemos mejor con un ejemplo aplicado a juegos, que es el núcleo de este artículo. Cuando estás disfrutando de una partida a tu juego online de acción favorito tu ordenador se comunica, a través del router, con el servidor que mantiene los servicios de juego online a dicho título. Hay una comunicación bidireccional.
Pues bien, cuando realizas alguna acción que afecta a otros jugadores, como por ejemplo disparar para defenderte de un enemigo, tu equipo envía datos de esa acción al servidor, este debe procesarlos y devolver el resultado a tu equipo. La latencia mide el retraso (el tiempo que se tarda) en completar todo ese proceso.
Es importante tener claro que hasta que no se completan esas comunicaciones no se emprenden otras nuevas. Si tienes una latencia elevada el tiempo necesario para completar será muy alto, y no disfrutarás de una experiencia en tiempo real. La latencia generalmente se mide en milisegundos (ms), y es la responsable de que en ocasiones veas saltos en la acción, o de que tu personaje se quede paralizado.
La latencia afecta a los tiempos de respuesta en juegos, ¿pero dónde está el límite?
Es una buena pregunta. Antes de nada debemos tener en cuenta que cada tipo de conexión a Internet tiene unos niveles determinados de latencia. Por ejemplo, en las conexiones por satélite una latencia de 800 ms es normal, mientras que en redes 3G rondamos los 120 ms. Bajo 4G se reduce a 60 ms, y con una conexión Ethernet cableada lo normal es tener unos 10 ms.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que la latencia puede verse afectada por muchas cosas: el estado de los servidores de destino y de su propia conexión a Internet, el estado de nuestro equipo y de nuestra conexión a Internet, la saturación de la misma y la propia saturación del juego, ya que no todos los proveedores de servicios de juego online tienen servidores adecuados para mantener una buena experiencia cuando el número de jugadores es «anormalmente alto».
En general los niveles de latencia que podemos considerar como aceptables varían dependiendo de lo que queramos hacer. Una misma página web cargará casi de forma instantánea si tenemos una latencia de 10 ms o menos, pero puede tardar hasta 2 segundos si tenemos una latencia de 70 ms. Si nos vamos a casos extremos de más de 500 ms de latencia esa cifra puede llegar a elevarse hasta los 16 segundos.
Si hablamos de juegos tengo bastante claro que lo ideal es no tener más de 40 ms de latencia. Hasta los 70 ms la experiencia puede seguir siendo aceptable dependiendo de lo rápida que sea la acción, pero cuando nos movemos por encima de los 90 ms empiezan los problemas. No hablo sin razón, recuerdo una partida a League of Legends en la que, por problemas de mi proveedor de Internet, tuve que jugar con latencias de 120 ms a 350 ms. Fue desastroso.
Los juegos no requieren de una gran velocidad de conexión a Internet, pero sí de una latencia reducida y de una estabilidad mínima y sin cortes si queremos que la experiencia en general sea buena.
Qué niveles de latencia serían aceptables según cada tipo de juego
Tener una latencia muy alta nos hará estar en desventaja frente a otros jugadores que tienen una latencia normal, pero no todos los juegos se ven afectados de la misma manera por una latencia alta. Hay niveles que en unos juegos pueden ser aceptables, y que en otros pueden arruinar por completo la experiencia.
Siguiendo con el ejemplo anterior, en League of Legends lo ideal es tener menos de 40 ms de latencia, pero en juegos online donde la velocidad de respuesta no sea tan importante la experiencia puede ser perfecta incluso con una latencia de 70 ms. Cada juego es un mundo, pero entonces, ¿dónde está el nivel mínimo que podemos considerar como aceptable? Vamos a verlo.
En juegos online competitivos donde la acción sea rápida, y donde responder un segundo antes pueda marcar la diferencia entre ganar y perder, es imprescindible que la latencia sea lo más baja posible. Lo ideal es el valor que os dije anteriormente, menos de 40 ms. En este caso si tenemos más de 90 ms de latencia ya empezaremos a tener problemas.
Los juegos online que tengan una acción más tranquila, y que no requieran de movimientos muy rápidos ni de una acción frenética o de un alto grado de precisión temporal en las acciones, funcionarán sin problemas con una latencia inferior a los 80 ms, y tener una latencia de hasta 120 ms será aceptable.
En el caso de juegos online por turnos, y sin límite de tiempo en cada movimiento, el nivel de latencia tolerable será todavía más alto, y podremos jugarlos sin grandes problemas incluso con valores de entre 150 y 200 ms.
¿Qué puedo hacer para reducirla?
No existe una fórmula mágica, y es que en muchos casos las latencias elevadas acaban estando motivadas por problemas de los servidores de destino o por algún fallo técnico de nuestro proveedor de Internet, y frente a eso no podemos hacer nada. Con todo, quiero compartir con vosotros una serie de recomendaciones que pueden ser de ayuda:
Utilizar siempre conexiones cableadas para jugar, ya que son más estables y menos vulnerables a las interferencias.
Reiniciar el router y el PC si tenemos latencias altas, ya que en muchas ocasiones puede ser resolver el problema.
Cerrar o reducir las descargas en segundo plano, ya que generan tráfico de red consumiendo recursos.
Utilizar un buen router para juegos, al final es clave para disfrutar de una experiencia óptima.
Asegurarnos de que nuestro proveedor ofrece un servicio adecuado y a la altura de lo que pagamos.
Mantener el equipo y el router actualizados.
Realizar análisis periódicos en busca de malware. Algunas amenazas de seguridad consumen recursos de red.
Asegurarnos de que no tenemos intrusos en nuestra red, otro problema importante que debemos evitar.
Da prioridad de tráfico al equipo con el que estés jugando. Si tienes un router FRITZ! puedes hacerlo fácilmente a través de la interfaz de FRITZ!OS.
Contenido ofrecido por AVM FRITZ!
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