Los datos de Steam son muy claros. Un 55,27% de sus usuarios juega en 1080p, lo que significa que esta resolución sigue siendo, de largo, la más utilizada, y que montar un PC gaming para jugar en 1080p sigue siendo la opción más popular entre los jugadores.
La segunda resolución más utilizada es 1440p, que poco a poco va ganando terreno y ya acumula un 19,90% del total. En proporción, el porcentaje de personas que juega en 4K es muy pequeño, ya que según los datos de Steam apenas llega al 4,57%.
¿Por qué 1080p es la opción más popular para jugar?
Pues porque es la que ofrece una mejor relación entre coste total, rendimiento y calidad de imagen. Si queremos montar un PC para jugar en 4K debemos invertir como mínimo 1.200 euros, y a esto tenemos que añadir el coste del monitor 4K, que será mucho más elevado que el de un monitor 1080p.
Montar un PC gaming para jugar en 1080p es mucho más económico. Por menos de 750 euros podemos dar forma a una configuración que nos permitirá jugar de forma óptima a esa resolución, y no tendremos que hacer una gran inversión para comprar un buen monitor. Hay monitores recomendables para jugar en 1080p desde poco más de 100 euros.
Si te preguntas si vale la pena jugar en 1080p con los tiempos que corren la respuesta es que sí, sin ningún tipo de duda, sobre todo si tienes un presupuesto ajustado, ya que es la resolución más flexible a nivel de configuraciones, y la que tiene mejor valor entre requisitos y calidad de imagen.
Qué debe tener un PC gaming para jugar en 1080p
Es una resolución mucho menos exigente porque «solo» se manejan 2,07 millones de píxeles. Si jugamos en 4K el total de píxeles aumenta a 8,29 millones de píxeles. Hay una diferencia de más de 6 millones de píxeles entre ambas resoluciones, lo que explica por qué para jugar en 1080p:
Es suficiente con 8 GB de memoria gráfica.
No necesitamos una tarjeta gráfica muy potente.
Un PC para jugar a esta resolución debe contar también con esa base mínima impuesta por la generación actual de consolas, que al fin y al cabo son la base sobre la que se hacen casi todos los desarrollos de juegos que llegan a compatibles. Dicha base está formada por:
Una CPU de 6 núcleos y 12 hilos con un IPC alto.
16 GB de memoria RAM configurada en doble canal (dos módulos).
Unidad SSD de al menos 1 TB con una velocidad igual o superior a 2.400 MB/s en lectura secuencial.
En esta guía vamos a montar un PC que cumple con todos esos requisitos, y que por tanto nos permitirá disfrutar de una buena experiencia en juegos con resolución 1080p, todo con un presupuesto máximo limitado a 750 euros.
Además de elegir los mejores componentes en relación calidad-precio también vamos a intentar mantener un margen de ampliación aceptable. Es complicado porque el presupuesto está muy ajustado, y porque en un caso como este lo primero que queremos es que el rendimiento hoy sea óptimo, no tenemos suficiente margen como para malgastar dinero pensando en el mañana.
Cosas que debemos tener claras al jugar en 1080p
Cuando jugamos a esta resolución el peso de la CPU es mayor que cuando jugamos en 4K, pero esto es relativo, y os explico por qué. Si vamos a utilizar una tarjeta gráfica potente con esta resolución, como por ejemplo una GeForce RTX 5070 o una Radeon RX 9070, el procesador tendrá un mayor impacto porque son gráficas que van sobradas a esa resolución.
Sin embargo, si vamos a utilizar una tarjeta gráfica de gama media económica, como por ejemplo una GeForce RTX 5060, el peso de la CPU no será tan grande, porque esta tarjeta gráfica rinde entre un 50% y un 55% menos que la RTX 5070 en 1080p, y va mucho más ajustada a nivel de rendimiento con esa resolución.
Con todo, hay que tener en cuenta que hoy en día lo normal es utilizar reescalado para mejorar el rendimiento, incluso en 1080p, porque DLSS 4 y FSR 4 han mejorado muchísimo la calidad de esta tecnología, y han hecho que el sacrificio en calidad de imagen al reescalar a 1080p perfectamente asumible, siempre que no bajemos del modo calidad en ambos casos.
Al reescalar baja el número de píxeles que estamos renderizando a través de la GPU, y por tanto se reduce la carga sobre esa, lo que hace que la CPU pase a tomar mayor protagonismo, y que tenga más importancia para conseguir un mayor rendimiento. Tener un procesador más potente en este caso sí se traducirá en una mayor tasa de FPS, aunque estemos utilizando una gráfica de gama media como la GeForce RTX 5060.
Otro aspecto a tener muy presente es el consumo de memoria gráfica. En 1080p la mayoría de los juegos funcionan a la perfección con calidad máxima en una gráfica con 8 GB de VRAM. Muchos de ellos tampoco tan problemas al activar trazado de rayos, y activando reescalado (DLSS o FSR) podemos reducir el consumo de memoria gráfica, lo que nos dejará algo más de margen.
Esto puede variar en función de las exigencias de cada juego, pero es la regla general. También dependerá de la optimización de cada título, y de sus particularidades. Por ejemplo, Alan Wake 2, que es uno de los juegos más exigentes de esta generación, funciona a la perfección en 1080p y calidad máxima con una GeForce RTX 5060 de 8 GB, incluso con trazado de rayos al máximo aguanta el tipo y es perfectamente jugable si utilizamos DLSS en modo calidad con esa configuración.
Lo mismo ocurre con otros juegos muy exigentes como Cyberpunk 2077 o Black Myth Wukong. Por contra, Indiana Jones y el Gran Círculo nos obliga a reducir la reserva de memoria para texturas a «bajo» en una tarjeta gráfica de 8 GB en 1080p, pero podemos tener el resto de las opciones en calidad máxima y el juego, que utiliza trazado de rayos de forma nativa, funcionará como la seda en una GeForce RTX 5060.
Si activamos la generación de fotogramas el consumo de memoria gráfica aumentará, pero no suele ser un problema en 1080p con una gráfica de 8 GB de VRAM. Estos modelos siguen siendo perfectamente viables con esta resolución, y no es imprescindible que gastes entre 100 y 200 euros más para hacerte con un modelo que tenga 12 GB o 16 GB si nunca vas a ir más allá de 1080p.
Como siempre digo, recuerda también que invertir en una gráfica con más memoria gráfica que es menos potente que otra con menos memoria gráfica rara vez será una buena opción. Es menos doloroso reducir la calidad de las texturas de ultra a alto, y que el juego vuelva a ir fluido, que tener que reducir todos los ajustes de calidad gráfica de ultra a medio por falta de potencia.
Guía de componentes para este PC Gaming 1080p
Placa base: ASUS PRIME B760M-K
Una placa base muy completa y bien terminada equipada con socket LGA 1700 y compatible con DDR5. Tiene un precio muy razonable para lo que ofrece, y nos da acceso a todo lo que necesitamos para montar un PC potente a un precio muy competitivo.
Elegir una placa base con soporte de memoria DDR5 no ha sido casualidad. Obliga a gastar un poco más en la placa base, pero nos da acceso a una memoria más rápida y a una plataforma actual que no tendremos que cambiar en muchos años.
Su VRM tiene refrigeración pasiva, y es lo bastante potente para garantizarnos que podremos ampliar sin problema el procesador a modelos de mayor rendimiento dentro de las series Intel Core Gen 12, Gen 13 y Gen 14.
La placa es compatible con el estándar PCIe Gen4, y tiene una ranura x16 (16 líneas PCIE), lo que significa que no estaremos haciendo cuello de botella a ninguna tarjeta gráfica actual que utilice conectores limitados a x8.
Precio: desde 113,99 euros.
Procesador: Intel Core i5-12400F
El Intel Core i5-12400F es un procesador todoterreno muy versátil y muy capaz. Es más que suficiente para el equipo que vamos a montar, y tampoco tendremos que correr a cambiarlo si en un futuro montamos una tarjeta gráfica más potente, porque se lleva bien incluso con modelos como la GeForce RTX 5070 y la Radeon RX 9070.
Tiene 6 núcleos y 12 hilos, y un buen IPC, así que cumple con el requisito clave que vimos al principio del artículo. También tiene otra ventaja importante, y es que su consumo no es muy elevado, lo que hace que sea un chip fácil de alimentar y fácil de refrigerar.
Con él tenemos todo lo necesario para jugar sin problemas a cualquier juego actual, y lo vamos a acompañar con memoria DDR5 para poder sacarle un poco más de rendimiento en juegos CPU dependientes.
Precio: 112,99 euros.
Ventilador CPU: Tempest con ventilador de 120 mm
El TDP del Intel Core i5-12400F es de 65 vatios, aunque puede superar esa cifra en modo turbo, así que para conseguir el mejor rendimiento posible es recomendable cambiar el ventilador que trae de casa por uno más potente.
Este modelo que hemos elegido es un ventilador CPU sencillo pero perfectamente funcional. Con él podremos refrigerar sin problema el Intel Core i5-12400F, y tendremos unas temperaturas de trabajo mucho mejores comparadas con las que ofrece este chip con el ventilador que trae de casa.
Menos calor también equivale a unas frecuencias medias más elevadas, lo que se traducirá en más rendimiento, especialmente en escenarios que sean más intensivos con la CPU, ya sea por carga de núcleos o por exigencia de frecuencia.
Precio: 16,99 euros.
Memoria RAM: Corsair DDR5 16 GB (2 x 8 GB)
Como tenemos un presupuesto muy ajustado no vale la pena gastar mucho dinero en este componente, porque al fin y al cabo solo necesitamos cumplir unos mínimos claros para no tener problemas de rendimiento, siendo el más importante llegar a esos 16 GB de capacidad.
Este kit de 16 GB de Corsair dividido en dos módulos de 8 GB nos permite cumplir ese mínimo de capacidad, y también podemos configurarla en doble canal. Su velocidad es de 5.200 MT/s, y sus latencias no están mal, ya que son CL40.
Con 16 GB de memoria RAM no tendrás ningún problema en juegos actuales, así que tranquilo, no es imprescindible que montes ya 32 GB si tu presupuesto no te lo permite.
Precio: 54,90 euros.
Tarjeta gráfica: GeForce RTX 5060 con 8 GB de GDDR7
Sé que más de uno piensa que esta tarjeta gráfica es terrible porque os han dicho que 8 GB de VRAM ya no valen ni para jugar al buscaminas, y algunos os lo habéis creído.
Estoy de acuerdo en que esta gráfica debería haber llegado con más VRAM, pero tras analizarla tengo claro que ofrece un rendimiento excelente en 1080p, y que en relación calidad-precio es lo mejor que podemos comprar ahora mismo para jugar a esa resolución.
En potencia bruta rinde, con resolución 1080p, solo un poco menos que la GeForce RTX 3070, lo que significa que está casi en la misma liga que una GeForce RTX 2080 Ti con dicha resolución.
Perfecta para jugar con garantías en 1080p, y compatible con DLSS 4, multigeneración de fotogramas, FP4 y aceleración del estándar H.265 bajo 4:2:2 de 10 bits. Excelente para el precio que tiene.
Precio: 314,99 euros.
Almacenamiento: unidad SSD Kioxia Exceria Plus G3 de 1 TB
Esta unidad SSD es una de mis favoritas por el buen valor que ofrece en relación precio-rendimiento. Tiene 1 TB de capacidad y funciona a 5.000 MB/s en lectura secuencial, lo que significa que supera esa exigencia mínima que vimos al principio del artículo.
Con ella tendremos todo lo necesario para disfrutar de una buena experiencia en juegos. Tiene un pico de velocidad muy alto, y podremos tener instalados varios juegos al mismo tiempo sin que la falta de espacio se convierta en un problema.
La placa base no tiene disipar para la ranura M.2, pero con esta unidad no tendremos problemas graves de estrangulamiento térmico. Con todo, si queremos mejorar sus temperaturas de trabajo lo tenemos muy fácil, podremos comprar un disipador pasivo para SSD M.2 desde 2,5 euros.
Precio: 56,95 euros.
Fuente de alimentación: Mars Gaming MPB550SI de 550 vatios
Tenemos un PC con un consumo muy bajo, así que no necesitamos una fuente de alimentación muy potente. Incluso con todos los componentes a plena carga, un escenario irreal, el consumo medio rondará los 350 vatios.
La Mars Gaming MPB550SI de 550 vatios podrá mover sin problemas este PC, y al tener una potencia que supera en 200 vatios ese pico medio máximo nos aseguraremos un buen nivel de eficiencia, y un bajo nivel de estrés y también tendremos cierto margen para futuras ampliaciones.
Esta fuente tiene certificación 80 Plus Bronze, cuenta con un conector de alimentación PCIe de 8 pines, que es lo que necesitamos para la GeForce RTX 5060, y alcanza 45,5 amperios en el carril de 12V.
Precio: 37,90 euros.
Chasis: Mars Gaming MC300 FRGB
Nos falta el chasis. Este apartado es, como digo siempre, algo opcional. En este caso, aprovechando que tenemos una tarjeta gráfica muy pequeña y compacta y una placa base microATX, he escogido el Mars Gaming MC300 FRGB para montar un equipo de pequeño tamaño que, además, va a juego con casi todos los componentes, ya que es blanco.
La fuente de alimentación queda visible, y esa Mars es blanca. La placa base también tiene detalles en color blanco, así que conseguiremos un contraste muy bueno con los otros componentes en color negro.
Este chasis viene con tres ventiladores con iluminación RGB, así que tenemos todo lo necesario para generar un buen flujo de aire, y sin tener que hacer un gran gasto, ya que este chasis es muy económico.
Precio: 34,90 euros.
Gasto total, rendimiento y conclusiones
En total, si mantenemos todos los componentes de esta guía, tenemos un precio final de 743,61 euros para este PC. Nos sobran todavía unos euros para comprar una licencia de Windows 11 y activar este sistema operativo, así que hemos conseguido mantener el presupuesto por debajo de los 750 euros.
A pesar de lo ajustado que estaba el presupuesto el equipo ha quedado equilibrado. No ha sido necesario renunciar a darle un toque gaming (estéticamente queda muy bonito), y además tiene un tamaño muy compacto, lo que nos permitirá integrarlo sin problemas en casi cualquier espacio, o colocarlo directamente encima de la mesa sin que nos coma mucho el escritorio.
Este PC gaming para 1080p cumple con todo lo que necesita un PC para jugar con garantías a esta resolución, tenemos una plataforma que nos permitirá ampliar a procesadores mucho más potentes cuando necesitemos afrontar la transición de la próxima generación, y contamos con soporte de DDR5, lo que significa que no tendremos que hacer cambios drásticos ni a corto ni a largo plazo.
Qué más se puede pedir, un PC muy económico pero potente y con un buen margen de ampliación a pesar de su bajo coste que está pensado para durar. Su rendimiento base en juegos es bueno, pero con la GeForce RTX 5060 podremos disfrutar de DLSS 4 y multigeneración de fotogramas, dos tecnologías que, como vimos en el análisis que publicamos hace unos días, puede hacer que pasemos de 44 FPS con trazado de rayos en Cyberpunk 2077 a 196 FPS.
Antes de terminar os dejo algunos datos de rendimiento:
Cyberpunk 2077 en 1080p, calidad ultra: 106 FPS.
DOOM The Dark Ages en 1080p, calidad ultra pesadilla: 65 FPS.
A Plague Tale: Requiem en 1080p, calidad máxima: 66 FPS.
Red Dead Redemption 2 en 1080p, calidad máxima: 74 FPS.
Alan Wake 2 en 1080 y calidad máxima: 50 FPS.
Black Myth Wukong en 1080p con calidad máxima: 38 FPS.
Nota: Esta selección contiene algunos enlaces de nuestros afiliados, pero ninguno de los productos incluidos han sido propuestos o recomendados por ellos o sus fabricantes, sino elegidos según nuestro propio criterio.
La entrada PC gaming para 1080p por menos de 750 euros: guía completa se publicó primero en MuyComputer.