Aún faltan unos meses para la celebración de la WWDC 2025, el evento de Apple para desarrolladores, que también es aprovechado por los de Cupertino para hacer algunos anuncios muy relevantes. Fue el espacio elegido en 2020 para anunciar Apple Silicon, una decisión osada que terminó siendo un gran acierto. Más recientemente, la edición de 2023 se empleó para mostrar al mundo Apple Vision Pro, una propuesta prometedora, pero que por un cúmulo de razones, ha pinchado en hueso. Ahora bien, el recuerdo más reciente es el de la WWDC 2024, en la que nos hicieron pensar que se habían puesto al día en lo referido a inteligencia artificial con Apple Intelligence.
Recuerdo perfectamente aquella keynote, que arrancó al ritmo de Kickstart my Heart, de Mötley Crüe que, además, se supone que se reproducía desde un iPod, al tiempo que algunas de las figuras más relevantes de la compañía saltaban en paracaídas sobre Apple Park. Fue el mejor arranque de una presentación de Apple en mucho, mucho tiempo y, aunque el octanaje de su banda sonora bajó durante su desarrollo, no lo hizo el interés de sus anuncios, con la esperada puesta al día. El problema es, ya lo sabes, el cúmulo de decepciones que ha llegado después, y que incluso va a llevar a Apple frente a los tribunales.
Con ese contexto, la WWDC 2025 no solo llega con menos expectación que la del año pasado, sino también con un tono institucional y gráfico que parece querer alejarse de cualquier euforia anticipada. El anuncio oficial confirma que el evento se celebrará entre el 9 y el 13 de junio, y que volverá a tener un formato principalmente digital, gratuito y abierto a desarrolladores de todo el mundo. Como en ediciones recientes, habrá un evento presencial el primer día, reservado a un número limitado de asistentes en el Apple Park, incluidos los ganadores del Swift Student Challenge.
Durante esos cinco días se presentarán las nuevas versiones de iOS, iPadOS, macOS, watchOS, tvOS y visionOS, junto con sesiones técnicas, laboratorios virtuales y encuentros con ingenieros de Apple. Hasta aquí, todo entra dentro de lo esperado. Lo que sí ha llamado la atención es la ausencia de cualquier referencia directa a inteligencia artificial en la nota oficial, más aún cuando el año pasado Apple Intelligence se convirtió en el eje central de toda la narrativa. Ni un guiño, ni una palabra. Incluso el logo de la conferencia, sobrio y sin elementos visuales sugerentes, parece enviar un mensaje: este año, mejor no prometer demasiado.

Y es que el aterrizaje de Apple en el terreno de la IA ha sido, como mínimo, accidentado. Apple Intelligence llegó con la promesa de reinventar la experiencia del usuario, de hacerlo todo más contextual, privado, inteligente. Y en la presentación de 2024 parecía que lo habían logrado. Pero desde entonces, los retrasos, las limitaciones idiomáticas y las funciones que no llegaron —o que lo hicieron en estado beta encubierta— han ido desgastando el entusiasmo inicial. A esto se suman tensiones internas en la compañía y una creciente presión mediática, agravada recientemente por demandas judiciales en relación con su estrategia de recolección y procesamiento de datos para la IA.
Por todo ello, el enfoque de esta WWDC 2025 parece ser más conservador. Apple no está renunciando a avanzar, pero sí está evitando repetir los errores del año pasado. Se espera, por ejemplo, que iOS 19 incorpore uno de los rediseños más importantes de su historia, inspirado en visionOS, el sistema operativo de las Vision Pro. Sin embargo, esta vez no se ha promocionado con antelación, quizá para gestionar mejor las expectativas y reservar los anuncios más impactantes para septiembre, junto con el iPhone 17. De confirmarse, la keynote de este año podría centrarse más en estabilidad, herramientas de desarrollo y refinamientos silenciosos que en fuegos artificiales.
No puedo evitar leer entre líneas el mensaje que Apple parece enviar: “mejor ir paso a paso que volver a tropezar con lo mismo”. Una estrategia que puede ser inteligente, pero que también implica un riesgo: perder el impulso de entusiasmo que tan bien supieron generar, por unos días, en junio del año pasado. A veces, la mejor forma de avanzar es frenar. Otras, en cambio, ese freno puede parecer una señal de agotamiento. En junio saldremos de dudas.
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