Ni siquiera Apple, con su habitual ritmo medido y su culto al silencio, puede mantenerse al margen del vértigo con el que avanza la inteligencia artificial. En octubre de 2024 inició el despliegue de Apple Intelligence, tras anunciarlo en la WWDC del mismo año, marcando su entrada en este terreno. Pero el despliegue ha sido lento, escalonado y centrado en funciones discretas. La prometida renovación de Siri sigue sin llegar, y las novedades más ambiciosas aún no se han materializado. Mientras tanto, Apple prueba internamente Veritas, una app de IA al estilo ChatGPT, utilizada por sus empleados como entorno de ensayo. Una pista de por dónde avanza —y qué sigue retrasando— la estrategia de Cupertino.
Veritas es una aplicación conversacional, accesible solo para personal de Apple, que permite interactuar con un modelo de lenguaje mediante comandos naturales, y realizar tareas automatizadas con datos del sistema. En apariencia, funciona como un chatbot genérico. Pero por dentro se integra con la infraestructura de Apple Intelligence, permitiendo editar notas, buscar archivos, organizar recordatorios o mantener múltiples conversaciones simultáneas. Su razón de ser no es competir con otros chatbots, sino poner a prueba el comportamiento de la futura Siri.
Desde su presentación en la WWDC 2024, Apple Intelligence ha sumado capacidades de forma gradual. En diciembre llegaron Genmoji e Image Playground, en enero comenzó a activarse por defecto en los dispositivos compatibles con iOS 18.3, y hace apenas unas semanas se añadió la traducción en tiempo real en Mensajes y FaceTime. Sin embargo, una parte esencial del paquete —la nueva Siri potenciada por IA— sigue pendiente. Las últimas informaciones apuntan a marzo de 2026 como fecha interna para su lanzamiento, pero Apple guarda silencio al respecto.
Y esa prudencia tiene sus motivos. La compañía no quiere repetir los errores de comunicación que acompañaron a la WWDC 2024, cuando muchas de las funciones más destacadas quedaron empañadas por la falta de concreción. Por eso, más que precipitar un anuncio, Apple prefiere ensayar a puerta cerrada. Veritas actúa como simulador de escenarios reales, permitiendo comprobar cómo respondería Siri en un entorno controlado, sin exponerla aún al escrutinio público.
Hay también una cuestión de estrategia: Apple no está convencida de que tenga sentido lanzar un chatbot como producto independiente. A diferencia de OpenAI o Google, su apuesta pasa por integrar la inteligencia artificial en el flujo cotidiano del usuario, sin interfaces adicionales. La existencia de Veritas no contradice esa idea; al contrario, la refuerza como banco de pruebas, no como adelanto de una futura app comercial. Apple quiere IA útil, no IA visible.
Por eso, aunque los iPhone de las generaciones más recientes ya reciben parte de las funciones de Apple Intelligence, Veritas permanece en segundo plano. Su continuidad como herramienta interna no implica un fracaso, sino un modelo distinto de aproximación: uno más cerrado, más orientado al control de calidad, pero también más lento. Un ritmo que contrasta con el de sus competidores, pero que responde a la visión de Apple sobre qué papel debe ocupar la IA en sus productos.
Aun así, la pregunta sigue flotando en el aire: ¿puede Apple mantener ese tempo sin descolgarse en una carrera tan acelerada? Mientras Google lanza Gemini en cada nuevo Pixel y Microsoft reinventa Windows con Copilot, Apple camina sobre seguro, pero llega más tarde. Veritas puede ser el ensayo que necesitan. O puede que sea solo otro reflejo de lo mucho que aún tienen por afinar.
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