Durante años, el ecosistema de Apple ha funcionado como un club exclusivo. Un entorno cerrado donde la armonía entre dispositivos existe, sí, pero bajo la condición de que todos pertenezcan a la misma familia. Los que usan iPhone lo saben bien: si quieres aprovechar todas sus funciones, también debes llevar un Apple Watch. Pero algo parece estar cambiando en esa lógica. En la última beta de iOS, algunos indicios sugieren que Apple ya está probando el permitir que otros relojes inteligentes —no fabricados por la compañía— puedan recibir notificaciones del teléfono. No es una apertura total, pero sí una grieta en el muro.
Según ha descubierto Macworld, el código de iOS 26.1 beta incluye referencias a una función aún no activada llamada “Notification Forwarding”. Esta característica permitiría al iPhone reenviar notificaciones a un dispositivo externo que no sea un Apple Watch. Las cadenas descubiertas dejan claro que el reenvío estaría limitado a un solo accesorio a la vez, y que, al activarse, las notificaciones dejarían de aparecer en el reloj de Apple. Además, aparecen menciones a un nuevo marco de desarrollo llamado “AccessoryExtension”, que apunta a una futura mejora en el emparejamiento de accesorios de terceros con iOS.
Aunque no hay confirmación oficial, todo apunta a que esta función está en fase temprana de desarrollo. Podría activarse en una versión futura, no necesariamente con iOS 26.1. Y, según la fuente, no está garantizado que se ofrezca a todos los usuarios: hay sospechas fundadas de que Apple limitaría su disponibilidad a regiones específicas, como la Unión Europea, donde las regulaciones sobre interoperabilidad de plataformas tecnológicas son más estrictas que en otras regiones.
Este contexto regulatorio ayuda a entender el momento del cambio. Desde hace meses, la Comisión Europea presiona a empresas como Apple para que permitan el uso de dispositivos de terceros con sus sistemas. La Digital Markets Act (DMA), en particular, exige que los smartwatches puedan mostrar notificaciones del iPhone, entre otras exigencias de interoperabilidad. La aparición de “Notification Forwarding” podría ser la respuesta de Apple a ese marco legal, una forma de cumplir con la normativa sin abrir por completo las puertas de su ecosistema.
Para los usuarios, la posibilidad de emparejar el iPhone con relojes de otras marcas es significativa. Durante años, muchos han optado por wearables como los Galaxy Watch, TicWatch o Garmin por preferencia estética, funcionalidad deportiva o precio. Pero al hacerlo, han tenido que renunciar a una integración plena con iOS. Si esta nueva función se concreta, podrían acceder al menos a notificaciones sin recurrir a soluciones inestables o apps de terceros, algo que marcaría una diferencia práctica real.
Por supuesto, el cambio no vendrá sin límites. La función, tal como aparece descrita, no permitiría más de un dispositivo conectado, y no se ha mencionado nada sobre responder mensajes, interactuar con notificaciones o acceder a funciones avanzadas de salud. Es posible que Apple implemente solo lo mínimo necesario para cumplir con las obligaciones legales, manteniendo el resto de ventajas reservadas a su propio hardware. La apertura, por tanto, podría ser más estratégica que filosófica.
Aun así, ver señales de flexibilidad en un entorno tan cerrado como el de Apple no deja de ser interesante. Quizá el iPhone, emblema de control y cohesión tecnológica, empiece a reconocer que no todos quieren o pueden permanecer dentro del jardín vallado. Lo que hoy es una línea de código oculta podría ser mañana una opción en el menú de ajustes. Y aunque el gesto parezca pequeño, para muchos usuarios será el primer paso hacia una experiencia más libre.
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