El menú de inicio de Windows ha sido siempre uno de los componentes básicos más importantes de este sistema operativo, y también uno de los que más ha evolucionado con el paso de los años. Esos cambios no siempre han sido acertados, y no siempre han tenido el éxito y la acogida que a Microsoft le habría gustado.
Haciendo un poco de memoria histórica lo primero que nos viene a la cabeza es que su debut se produjo en 1995. Esa fecha no fue casualidad, su lanzamiento tuvo lugar junto a Windows 95, un sistema operativo que fue todo un éxito, y que sentó numerosas bases que todavía hoy siguen presentes en la versión más actual de dicho sistema operativo.
El 24 de agosto se cumplirán 30 años del lanzamiento del primer menú de inicio de Windows, y para celebrarlo os hemos preparado este artículo, donde vamos a repasar cómo ha evolucionado este con el paso de los años. Veremos cuáles han sido las mejores y las peores versiones del menú de inicio, y nos llenaremos de nostalgia en el proceso.
Windows antes del menú de inicio

Para entender mejor por qué el menú de inicio fue tan importante es necesario recordar cómo era Windows antes de tener este componente. Antes de Windows 95 lo más parecido era el «Administrador de Programas», una carpeta en la que se encontraban parte de los elementos que acabarían formando el menú de inicio.
En esa carpeta teníamos ubicados los  siguientes elementos:

Panel de Control.
Administrador de Archivos.
Administrador de Impresoras.
Visualizador del Portapapeles.
MS-DOS.
Instalación de Windows.
Editor PIF.
LeeMe.

La experiencia de usuario que ofrecía esa carpeta, que tuvo su última implementación en Windows 3.1, fue vista como algo positivo en su momento, pero desde luego distaba mucho de lo que consiguió Microsoft años después con el menú de inicio.
Windows 95: llega el menú de inicio

Este sistema operativo fue toda una revolución para el mundo de la informática, y también para Microsoft. Con el menú de inicio llegaron los teclados con la tecla dedicada de Windows, que al pulsarla hacía que se desplegase dicho menú de forma automática.
Algo tan simple como esto mejoró muchísimo la experiencia de uso de este sistema operativo, y nos daba acceso a una gran cantidad de elementos clave dentro de Windows 95, como por ejemplo:

Programas.
Documentos.
Configuración.
Buscar.
Ayuda.
Ejecutar.
Apagar el equipo.

Su diseño era sencillo pero funcional, y estaba basado en una serie de ventanas de diseño anguloso desplegables en horizontal con iconos claros y perfectamente identificados.
Windows 98: una evolución menor

Con este sistema operativo el menú de inicio recibió cambios menores, ya que en esencia mantuvo el mismo diseño y formato que vimos en Windows 98.
Las novedades más importantes fueron la inclusión de las Actualizaciones de Windows y de Favoritos, que era un añadido importante para acompañar a Internet Explorer.
También se incluyó la opción de cerrar sesión como usuario. En este caso Microsoft apostó por un claro «si algo funciona no lo toques», y la jugada le salió bastante bien.
Windows Me: nada nuevo bajo el sol
Imagen: Mauro Huculak.
Este ha sido uno de los peores sistemas operativos de Microsoft, y los cambios que introdujo en el menú de inicio fueron también mínimos. Lo único destacable fue la introducción de una segunda sección desplegable en la parte superior del menú de inicio, donde podíamos encontrar atajos como por ejemplo:

Este PC.
Nuevo Documento de Office.
Abrir Nuevo Documento de Office.

Esta fue la última vez que Microsoft utilizó la base del menú de inicio establecida con Windows 95 en uno de sus sistemas operativos.
Windows XP: un menú de inicio totalmente nuevo

Este sistema operativo introdujo cambios enormes, y como no podía ser de otra forma muchos de ellos afectaron al menú de inicio.
El nuevo menú de inicio pasó a ser mucho más visual, estrenó un diseño más vivo y colorido, con iconos mucho más cuidados y detallados, y adoptó una disposición en dos  columnas claramente diferenciadas con elementos desplegables, lo que permitía incluir más elementos y subsecciones.
En la parte de la izquierda teníamos iconos que nos permitían abrir aplicaciones de forma directa, y justo debajo la sección desplegable «Todos los Programas». A la derecha podíamos acceder a clásicos tan conocidos como «Mi PC», «Mis Documentos», «Mi Música», «Buscar» y «Ejecutar».
Como curiosidad, si no nos gustaba este nuevo diseño el sistema operativo nos daba la posibilidad de utilizar uno más cercano al original de Windows 95.
Windows Vista: una interfaz menos visual

Es la mejor manera de describir los cambios que introdujo Windows Vista en el menú de inicio, ya que aunque mantuvo la división en dos columnas que vimos en Windows XP acabó con los iconos de la segunda columma.
Esa es una de la mayores diferencias que podemos encontrar entre ambos, ya que mantuvo la división de programas y aplicaciones en la primera columna, y la agrupación de funciones y accesos directos en la segunda columna, donde repiten presencia viejos conocidos como «Mi PC», «Mis Documentos», «Mi Música» y el «Panel de Control».
Otra novedad importante fue la incorporación de una barra de búsqueda justo en la parte inferior de la primera columna, debajo de «Todos los Programas».
Windows 7: un simple refinamiento

El menú de inicio de Windows 7 fue una evolución natural de la versión de Windows Vista, pero sin grandes cambios. Se ajustó mejor la selección de programas en la primera columna y de atajos en la segunda columna, y se eliminaron los botones de apagado y de bloqueo para dejar únicamente un icono de apagado desplegable con diferentes opciones.
También se incorporaron los saltos de listas para facilitar el acceso a documentos y tareas recientes, y se incorporó la posibilidad de cambiar el comportamiento del botón de apagado.
Para muchos, este fue uno de los mejores menús de inicio de todos los que se han utilizado en Windows a lo largo de su historia.
Windows 8: un cambio drástico y nada acertado

Este sistema operativo fue considerado como uno de los peores Windows de toda la historia, y gran parte de las críticas que recibió en este sentido se debieron precisamente a los cambios que introdujo en el menú de inicio. Estos cambios fueron tan radicales que el menú de inicio, tal y como lo conocíamos, desapareció por completo.
Windows 8 pasó a una pantalla de inicio formada por «live tiles», una interfaz basada en cuadrados y rectángulos dinámicos que nos permitían acceder a aplicaciones y atajos concretos, y que sustituían las clásicas secciones del menú de inicio. Se visualizaba a pantalla completa, y estaba pensada para una interfaz táctil, y no para un PC tradicional.
Para compensar ese desequilibrio de interfaz en un PC tradicional Microsoft introdujo la «Charms Bar», que era una pestaña desplegable en la parte derecha de la pantalla con las funciones:

Buscar.
Compartir.
Inicio.
Dispositivos.
Configuración.

Windows 10 marcó la vuelta del menú de inicio

Y fue una combinación muy acertada entre lo clásico y lo nuevo, ya que combinaba el enfoque tradicional del menú de inicio visto en Windows 7 con elementos de Windows 8. En la parte de la izquierda tenemos iconos que nos permiten acceder a diferentes atajos, así como un despliegue con aplicaciones más utilizadas.
En la parte de la derecha nos aparecen diferentes iconos integrados en «live tiles». Podíamos personalizar esta sección, cambiando el tamaño e incluso controlando la información mostrada, así como desactivar directamente los «live tiles».
Fue todo un acierto por parte de Microsoft, ya que unió con maestría lo  nuevo y lo tradicional. En la parte baja teníamos también acceso directo a la función de búsqueda, que aparecía perfectamente identificada con la lupa, aunque ya no va integrada en el menú de inicio, sino en la barra de tareas.
Windows 11: una interfaz totalmente nueva

El menú de inicio de este sistema operativo elimina los «live tiles» y la división en bloques. Tenemos un diseño con bordes ligeramente redondeados y una jerarquía clara de funciones y de iconos. Lo primero que nos encontramos es la barra de búsqueda, seguida de aplicaciones y atajos anclados.
En la parte inferior aparecen recomendaciones de aplicaciones, archivos y documentos que hemos utilizado recientemente, y en la parte final tenemos nuestro nombre de usuario y el botón de apagado del equipo.
Un menú de inicio bastante limitado y con mucho margen de mejora, la verdad sea dicha, lo que hace que dependamos aún más de anclar aplicaciones a la barra de tareas. El cuadro de búsqueda general se mantiene integrado en la barra de tareas.
Este menú de inicio va a estrenar un nuevo diseño en futuras actualizaciones de Windows 11, como os contamos en su momento en este artículo.
Imagen de portada generada con IA.
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