Durante años, los asistentes basados en inteligencia artificial han prometido cambiar nuestra forma de trabajar. Siri, Alexa o el propio Cortana aspiraban a convertirse en herramientas de productividad cotidiana, pero casi todos se quedaron en el terreno de la curiosidad o la comodidad básica. Hoy, esa promesa empieza a parecer más cercana. La madurez de la IA generativa ha permitido una nueva generación de asistentes realmente funcionales, y Copilot, la apuesta de Microsoft, es uno de los ejemplos más claros de esta evolución.
La compañía ha anunciado una actualización importante de Copilot para Windows, actualmente disponible para los miembros del programa Insider, que amplía notablemente el alcance del asistente. A partir de ahora, podrá acceder a datos de cuentas externas y crear documentos de Office directamente desde su interfaz. El objetivo de Microsoft es integrar las capacidades de la inteligencia artificial en las tareas más habituales del sistema, reduciendo la necesidad de alternar entre aplicaciones y haciendo que el propio escritorio se convierta en el centro de trabajo.
La primera gran novedad son los Connectors, una función que permite a Copilot conectarse con servicios de terceros. Por primera vez, los usuarios podrán vincular Gmail, Google Drive y Google Calendar, además de las clásicas cuentas de Outlook, OneDrive y Microsoft 365. Con esta conexión, el asistente podrá consultar correos, buscar archivos o revisar próximas reuniones sin abrir las aplicaciones correspondientes. La barrera entre los ecosistemas de Microsoft y Google, históricamente separada, empieza así a difuminarse en beneficio de una experiencia más coherente para el usuario.
La segunda gran mejora llega con la posibilidad de crear y exportar documentos directamente desde Copilot. El asistente puede generar textos de Word, hojas de cálculo de Excel o presentaciones de PowerPoint a partir de peticiones expresadas en lenguaje natural. Frases como “crea una presentación sobre el informe trimestral” o “resume este documento y guárdalo como PDF” son suficientes para iniciar procesos completos de redacción o compilación de información. El sistema, además, permite exportar los resultados a múltiples formatos, incluidos PDF y texto plano, para integrarlos en cualquier flujo de trabajo.
Estas mejoras convierten a Copilot en una pieza central del ecosistema Windows, no como un complemento, sino como un eje operativo capaz de interactuar con correo, archivos, datos y aplicaciones sin intermediarios. La estrategia encaja con la visión de Microsoft 365: una red de servicios interconectados en la que la inteligencia artificial actúa como capa unificadora. En la práctica, el usuario podrá gestionar una reunión, redactar un informe y actualizar una hoja de cálculo sin abandonar la ventana del asistente.
Pese a su potencial, Microsoft subraya que las nuevas funciones de Copilot se encuentran aún en fase preliminar. Los usuarios deben habilitarlas manualmente, y algunas características, como la conexión simultánea de varias cuentas o la edición avanzada de documentos, pueden producir errores o resultados inconsistentes. La compañía también recuerda que la privacidad depende de la configuración de permisos en cada servicio conectado, una advertencia necesaria ante el creciente intercambio de datos entre plataformas.
La actualización de Copilot demuestra que la IA integrada en Windows avanza a paso firme hacia una productividad más contextual y menos fragmentada. Sin embargo, plantea también una pregunta inevitable: ¿cuánto control estamos dispuestos a delegar? En un entorno donde el asistente ya puede redactar nuestros informes o gestionar nuestras citas, quizá el reto no sea técnico, sino humano. Como usuario, sigo viendo el valor de una herramienta que ayude, pero no decida; una frontera sutil que, con cada actualización, se vuelve un poco más difícil de trazar.
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