Windows se convirtió en un problema para el mundo cuando se produjo el incidente CrowdStrike. La liberación de una actualización defectuosa para dicho sistema operativo tumbó a unos 8,5 millones de sistemas en todo el mundo, y generó daños y pérdidas por varios miles de millones de euros.
Ese suceso no dejó a nadie indiferente. La propia Microsoft se dio cuenta de que tenía que introducir cambios en Windows 11 para evitar que una situación igual o parecida pudiera volver a repetirse, y eso es precisamente lo que va a hacer con una importante actualización que cambiará el diseño del kernel a nivel de seguridad.
El kernel es el núcleo del sistema operativo, el punto más básico del mismo. Si este falla, todo el sistema operativo caerá, y dependiendo de la gravedad del fallo las consecuencias pueden acabar siendo más o menos importantes.
Qué quiere hacer exactamente Microsoft con el kernel de Windows 11
La compañía está desarrollando un nuevo modelo de seguridad para reforzar la protección del kernel del sistema operativo. Para conseguirlo, la compañía se ha aliado con varios fabricantes de soluciones antivirus, y espera dar forma a un nuevo kernel que sea más resistente tanto a los ataques de bajo nivel como a los fallos a nivel de software.
Aunque son rivales, esos fabricantes de soluciones de seguridad han respondido a la llamada de Microsoft, algo que el gigante de Redmond ha celebrado. La compañía no quiere establecer reglas fijas ni imponer el uso de APIs determinadas para mejorar la seguridad, lo que está buscando es una colaboración que facilite la transición del kernel antiguo al kernel nuevo.
Microsoft tiene a algunos de sus ingenieros más importantes trabajando en estos cambios, y que piensa suministrar a sus socios varias compilaciones de Windows con este nuevo kernel para que puedan valorarlo y pedir los cambios que consideren necesarios. La compañía ha dicho que no tiene claro que vaya a ser capaz de resolver todos y cada uno de los problemas de seguridad y fiabilidad del kernel, pero se muestra optimista por las mejoras que espera conseguir.
Otro tema importante que se ha confirmado es que Microsoft está colaborando con los estudios de videojuegos más importantes de cara al uso de tecnologías antitrampas, que requieren del uso de controladores específicos, y que si no se implementan de forma correcta pueden acabar dando problemas de compatibilidad y fallos graves.
En última instancia, el objetivo de Microsoft es crear un kernel avanzado tan fiable que convierta a Windows 11 en un sistema operativo más seguro, estable y libre de errores graves que puedan acabar tumbando al sistema operativo. Es una meta ambiciosa, y muy complicada, tanto que no creo que vaya a ser capaz de conseguirla.
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