Pronto se cumplirán 12 años desde que soy usuario de Plex. Ha ido por temporadas, eso sí, en algunos momentos de estos más de 10 años lo he utilizado de manera muy puntual, mientras que en otros se convirtió en la plataforma que empleaba para ver la inmensa mayoría de series y películas que consumía habitualmente. Así, claro, llegué al punto de tener un catálogo de más de seis terabytes de contenidos (te puedes imaginar el origen de buena parte de ellos), que además compartía con mi familia.
Con la llegada de Netflix, y creo que esto ya lo he contado anteriormente, nuestro uso de Plex fue decayendo rápidamente, y la llegada de sus primeros competidores, con precios decentes y catálogos muy amplios e interesantes, empujó todavía más en este sentido. Fue la época dorada de los servicios de streaming de cine y series, unos tiempos en los que parecía que la piratería de este tipo de contenidos, igual que ya había ocurrido pocos años antes gracias a los servicios de música en streaming, se acercaba a su ocaso.
Todo cambió, sin embargo, cuando los responsables de las plataformas decidieron que ya había llegado el momento de empezar a exprimir a sus usuarios. Subidas constantes de precio, catálogos menguantes, pérdida de funciones de las suscripciones… Cada vez menos, por más. Y, claro, esto ha hecho que muchos nos hayamos planteado la vuelta a la gestión de nuestros propios catálogos a través de Plex, la clásica y fiable opción que tan buen resultado nos dio en el pasado.
El problema es que, por lo que parece, ahora también nos encontramos con malas noticias desde ese lado pues, según leemos en su blog oficial, Plex sube de precio y, además, elimina una función fundamental de su versión gratuita. A partir del 29 de abril de 2025, el servicio requerirá una suscripción de pago para realizar streaming remoto desde un servidor personal, algo que hasta ahora era completamente gratuito. Quienes quieran seguir accediendo a su contenido fuera de casa deberán suscribirse a Plex Pass, que también ha subido de precio, o bien optar por un nuevo Remote Watch Pass, una alternativa más económica, pero que igualmente obliga a pasar por caja.
El incremento en las tarifas de Plex Pass no es menor. La suscripción mensual sube de 4,99 a 6,99 dólares, la anual de 39,99 a 69,99 dólares y la de por vida se dispara de 119,99 a 249,99 dólares, más del doble de su precio anterior. Plex justifica estos cambios como una medida necesaria para sostener el servicio y continuar ofreciendo mejoras, pero no deja de ser un golpe para quienes llevan años confiando en la plataforma como su centro de entretenimiento.
Como pequeña compensación, Plex ha eliminado la restricción de reproducción de un minuto en su aplicación móvil, por lo que ahora será posible ver contenido en la red local sin necesidad de pagar. Sin embargo, para muchos usuarios, la clave de Plex era poder acceder a sus bibliotecas personales desde cualquier lugar, algo que ahora tendrá un costo adicional. Esto deja en el aire una gran pregunta: ¿se resignarán los usuarios a pagar por una función que antes era gratuita o buscarán alternativas?
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