Samsung presentó el Galaxy S25 Edge hace unas semanas, y consiguió atraer muchas miradas porque se trata del smartphone más delgado y ligero que ha creado hasta el momento la compañía surcoreana. Su grosor es de solo 5,8 mm, y está fabricado en titanio y cristal, dos materiales que son propios de terminales premium de gama alta.
El titanio es, además, un material muy resistente que juega un papel importante en la solidez estructural de este nuevo smartphone, y que ha permitido a Samsung superar los desafíos que representa crear un dispositivo tan delgado y ligero. Pensadlo bien, 5,8 mm es poco más de medio centímetro, y un iPhone 16 Pro ya tiene un grosor de 8,4 mm.
Es espectacular lo que ha conseguido Samsung con el Galaxy S25 Edge, ¿pero ha logrado Samsung superar todos retos que afrontaba, en términos de resistencia y durabilidad, al diseñar este smartphone? JerryRigEverything lo ha comprobado con uno de sus clásicos vídeos donde somete a este terminal a una exigente prueba de resistencia.
La resistencia del Galaxy S25 Edge a los arañazos es bastante estándar. Este terminal utiliza un nuevo cristal como protección frontal llamado Gorilla Glass Ceramic 2, pero a pesar de todo sigue sufriendo pequeñas marcas de arañazos con materiales de nivel 6 en la escala de Mohs, y las marcas son aún más profundas cuando llegamos al nivel 7, así que nada que destacar en este sentido.
El marco está fabricado en titanio, un material que es casi el doble de resistente que el aluminio, aunque pesa un 60% más que este. Las cámaras traseras se integran en una isleta en vertical, y están protegidas por cristal de zafiro. La isleta presenta una resistencia adecuada a los enganches y tirones que puedan afectar a su integridad.
La pantalla se marca con arañazos cuando llegamos al nivel 6 en la escala de Mohs, pero estos no afectan a la zona del sensor de huellas dactilares, que sigue funcionando sin problema incluso tras sufrir numerosos arañazos. En casos extremos podría dejar de funcionar bien, pero bajo un uso normal esto nunca ocurrirá.
Llega la prueba más difícil por la delgadez del Galaxy S25 Edge, la de doblado. A pesar de tener un grosor de solo 5,8 mm, este terminal logra superar la prueba sin daños estructurales graves, y sigue funcionando sin ningún tipo de problema. Esto no significa que salga totalmente ileso, porque se puede ver que en el marco, cerca de la cámara trasera, se levanta la tapa trasera, lo que supone que el terminal pierde su certificación IP68 de resistencia al polvo y al agua.
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