La posibilidad de instalar aplicaciones externas en Android ha sido valorada como una de las mejores funciones del sistema operativo de Google. No solo permite evitar la Play Store, más restrictiva, sino que también otorga acceso a software que por cualquier razón no está disponible en la tienda oficial.
Sin embargo, a principios de este año, los usuarios de Android nos encontramos en una encrucijada cuando Google anunció que dificultaría la instalación de aplicaciones desde fuentes externas en aras de la -siempre socorrida- seguridad. La verificación obligatoria para desarrolladores, incluso fuera de la Play Store oficial, se anunció en agosto y hubo multitud de críticas, de usuarios, de organizaciones y de otras tiendas como F-Droid que simplemente podrían desaparecer.
A la cuestión del software se unió otro anuncio no menor, el cambio del desarrollo de Android a un modelo «más privado». Aunque la compañía prometió que seguiría alimentando la rama de código abierto AOSP, el proceso no será tan transparente y hay dudas de que el modelo se mantenga en el futuro.
Estos cambios son relevantes y de implementarse como se anunciaron cambiarían por completo un sistema Android, hasta ahora más o menos abierto. Pero Google se la juega. Si un usuario no puede disfrutar de la libertad de instalar el software que quiera en un ecosistema simplemente se pasa a otro. En conclusión: Para estar en un ecosistema cerrado y controlado, mejor comprar un iPhone y quedarse con Apple.
Aplicaciones externas en Android: vuelta atrás
Google cambia de rumbo y en una entrada de su blog para desarrolladores anuncia que, «basándose en los comentarios recibidos y en nuestras conversaciones continuas con la comunidad, estamos desarrollando un nuevo flujo avanzado que permite a los usuarios experimentados asumir los riesgos de instalar software no verificado«.
Además, Google señala que está construyendo el sistema con procedimientos no coercitivos para garantizar que los usuarios no sean engañados para eludir ninguno de los controles implementados con este cambio.
Aunque Google no especifica qué entiende por usuarios experimentados, el lenguaje de la publicación parece insinuar que los propios usuarios podrán determinar «si tienen la experiencia suficiente para asumir el riesgo»; algo que Google ya hace con el menú oculto para desarrolladores de Android, al que solo se puede acceder pulsando una opción específica en los ajustes del teléfono un número determinado de veces.
Tendremos que esperar a los detalles. Google dice que seguirá recabando opiniones para garantizar que la configuración de este sistema en particular esté lista cuando finalmente se lance. Por ahora, podemos estar un poco más tranquilos sabiendo que Google sigue confiando en que sus usuarios saben lo que hacen, al menos hasta cierto punto. Y lo dicho: si Google quiere convertirse en Apple, mejor el original que el sucedáneo.
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