La supuesta venta de Chrome ha estado pululando como la medida correctora estrella para evitar que Google mantuviese su monopolio en las búsquedas por Internet, un comportamiento anticompetitivo por el que fue condenado el pasado año. Finalmente, la compañía no tendrá que dividirse, ni vender el navegador web, ni Android ni sus soluciones de IA como el asistente Gemini. Aunque sí tendrá que adoptar algunos cambios en sus prácticas comerciales, la opinión generalizada es que el caso judicial terminará con un triunfo para Google, teniendo en cuenta las medidas que habían solicitado los demandantes.
El juez de Distrito estadounidense que lleva el caso y que en su momento dictaminó que Google actuó ilegalmente para mantener un monopolio en búsquedas, ha emitido un dictamen previo antes de la sentencia definitiva donde desgrana las ‘medidas correctoras’ para prevenir esas prácticas. Sobre la base de ese dictamen, el magistrado obliga a Google a reunirse con el Departamento de Justicia de EE.UU (impulsor de la demanda) para deliberar sobre ellas y antes de la sentencia definitiva que se espera la semana que viene.
Medidas correctoras contra Google ¿Suficientes?
La venta de Chrome era la pieza mayor que se quería cobrar el DOJ. Su objetivo era quitarle a Google la base de usuarios del navegador web líder del mercado, unos 3.400 millones de personas, y entregárselo a un competidor. La respuesta del juez ha sido negativa: «Los demandantes se extralimitaron al solicitar la desinversión forzosa de estos activos clave, que Google no utilizó para imponer restricciones ilegales». Sin ello, sin afectar a Android ni a sus soluciones de inteligencia artificial, Google mantendrá su dominio ya que no altera significativamente el statu quo.
Entre las medidas correctoras propuestas, destaca que Google tendrá que compartir ciertos índices de búsqueda y datos de interacción de los usuarios con «competidores calificados» para evitar conductas excluyentes, y deberá ofrecer servicios de búsqueda y sindicación de anuncios de búsqueda a los competidores con tarifas estándar para que puedan entregar resultados de calidad mientras desarrollan su propia tecnología.
Google tampoco podrá celebrar o mantener acuerdos exclusivos que vinculen la distribución de las Búsquedas, Chrome, el Asistente de Google o Gemini a otras aplicaciones o acuerdos de ingresos. Por ejemplo, Google no podría condicionar las licencias de Play Store a la distribución de ciertas aplicaciones, ni vincular los pagos de participación en los ingresos a la conservación de ciertas aplicaciones.
Y poco, poco más para las peticiones del DOJ. Además de anular la potencial venta de Chrome, Google podrá mantener también los acuerdos exclusivos con otros gigantes como Apple a la que paga más de 20.000 millones de dólares anuales para instalar su motor de búsqueda por defecto.
Las acciones de Google se disparaban un 7% tras el cierre del mercado bursátil gracias a esta decisión. Varios competidores, como DuckDuckGo, han expresado públicamente su descontento con el resultado: «No creemos que las medidas correctivas ordenadas por el tribunal obliguen a realizar los cambios necesarios para abordar adecuadamente la conducta ilegal de Google. Google podrá seguir utilizando su monopolio para frenar a sus competidores«.
En cualquier caso la historia no termina aquí. Tanto Google como el Departamento de Justicia ya han informado de una apelación al Tribunal Supremo y un dictamen final que no llegaría hasta 2027.
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