La función de recuperación de Windows, la característica de mantenimiento dedicada a restablecer el sistema operativo en caso de fallos, es otros de los errores reportados por la última (y desastrosa) actualización del martes de parches de Microsoft.
No hay manera… Parece imposible que Microsoft lance una actualización de Windows sin problemas. Y la historia se repite una y otra vez confirmando una falta de calidad de software preocupante y un control de lanzamientos impropios de una compañía tan importante. La última actualización publicada la semana pasada se lleva la palma, con fallos en la misma instalación, corrupción de datos, registros defectuosos del visor de eventos y hasta la posibilidad de que Windows ‘mate’ a tu SSD. Y espera que hay más. Y peor.
La función de recuperación de Windows, rota
Microsoft ha confirmado un error en las opciones de restablecimiento y recuperación de Windows después de instalar la última actualización mensual de agosto. El tema es grave porque se trata de las herramientas internas para arreglar fallos aleatorios o crónicos del sistema, ralentizaciones en su ejecución, aumento del tiempo de arranque y en general cualquier problema del sistema operativo.
Las plataformas afectadas son:
Windows 11, versión 23H2
Windows 11, versión 22H2
Windows 10, versión 22H2
Windows 10 Enterprise LTSC 2021
Windows 10 IoT Enterprise LTSC 2021
Windows 10 Enterprise LTSC 2019
Windows 10 IoT Enterprise LTSC 2019
El error se produce cuando intentas restablecer o recuperar un dispositivo en esas versiones de Windows 10 o Windows 11. El impacto de esta fallo es bastante generalizado, ya que Microsoft está trabajando en una solución de emergencia que se implementará como una actualización fuera de banda (OOB), que se lanzará antes del próximo martes de parches previsto para el 9 de septiembre.
Retrasa las actualizaciones de Windows
El fallo en la función de recuperación de Windows se une a las decenas que hay pendiente de solución. Y como van llegando de manera aleatoria las actualizaciones son un problema y no una solución como deberían ser. Si usas un PC para producción, educación o simplemente no puedes permitirte ningún error, la recomendación es retrasar las actualizaciones hasta que confirmes su total estabilidad, algo que lamentablemente no llega en su lanzamiento.
Hay varias maneras de hacerlo como habrás podido ver en algunos de nuestros tutoriales. La manera más sencilla de aplazarlas es pausarlas temporalmente desde la herramienta interna de Configuración general del sistema. Ello te dejará un margen de hasta cinco semanas.
Si quieres más control de la situación, puedes acudir al registro de Windows o al editor de las directivas de grupo. Y si optas por una opción más radical, puedes usar las Políticas de grupo para bloquear por completo cualquier actualización. Todas esta opciones son reversibles y pueden modificarse en cualquier momento. Si necesitas estabilidad por encima de todo, son métodos imprescindibles frente a las actualizaciones de Windows. Un caos desde hace muchos años.
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