Hay innovaciones que llegan sin hacer ruido, pero que cambian la forma en la que miramos lo cotidiano. Y, más o menos, ese es el caso de Nano Banana, el modelo de inteligencia artificial de Google que ha elevado el listón en la edición visual, combinando precisión técnica y facilidad de uso. Lo que empezó como una curiosidad dentro de Gemini, hoy se extiende a parte del ecosistema de la compañía, marcando un punto de inflexión en su estrategia de integración de la IA en los productos más comunes.
Lanzado el pasado mes de agosto bajo su nombre oficial, Gemini 2.5 Flash Image, Nano Banana es un modelo especializado en edición y generación de imágenes mediante lenguaje natural. Su propósito no es sustituir a un editor, sino simplificar la creación visual hasta el punto de que cualquiera pueda modificar una fotografía con una instrucción escrita. Es capaz de interpretar comandos como “cambiar el fondo por un atardecer” o “convertir este retrato en una pintura al óleo” con una precisión que, hace apenas un año, parecía fuera del alcance de una herramienta automática.
En su debut dentro de la aplicación Gemini, el modelo ya demostró su potencial para integrar texto, imagen y contexto. Después, Google lo incorporó en AI Studio y Vertex AI, abriendo la puerta a desarrolladores y creadores que quisieran probar sus capacidades en entornos profesionales. Además, todas las imágenes generadas o modificadas incluyen la tecnología SynthID, una marca de agua visible y otra digital invisible que certifican su origen y evitan suplantaciones. Esta trazabilidad se ha convertido en una seña de identidad de la nueva generación de modelos de Google.
Ahora, según el comunicado oficial publicado por la compañía, Nano Banana llega a Search, Photos, Lens y NotebookLM. En Google Photos, permitirá realizar ediciones más intuitivas, combinar elementos de distintas imágenes o mejorar retratos con simples indicaciones de texto. En Google Lens y Search, facilitará respuestas enriquecidas con ilustraciones generadas en tiempo real, mientras que en NotebookLM servirá para crear contenido visual complementario a los resúmenes o notas producidos por la herramienta.
Su aportación más destacada sigue siendo la coherencia visual. Cuando edita una fotografía, el modelo mantiene la identidad de las personas y objetos originales, de modo que un rostro o una forma se conservan incluso tras múltiples transformaciones. También permite fusionar imágenes o componer nuevas escenas a partir de varias fuentes, ajustando iluminación y perspectiva de forma coherente. No se trata de reemplazar a un profesional del diseño, sino de ofrecer una herramienta que amplía las posibilidades creativas a quien no domina la técnica.
Google es consciente de que esa facilidad conlleva riesgos. La compañía reconoce que la creación de imágenes altamente realistas plantea desafíos éticos, desde la desinformación hasta el uso indebido de contenido manipulado. Por ello, el uso obligatorio de SynthID y la trazabilidad en los metadatos buscan proteger tanto la autenticidad como la confianza de los usuarios. Nano Banana, en ese sentido, no solo es una herramienta de creatividad, sino también una declaración de responsabilidad sobre el papel de la inteligencia artificial en la era de la imagen digital.
Mirando esta evolución, tengo la sensación de que la frontera entre capturar y crear se ha vuelto más difusa que nunca. Lo que antes era un proceso técnico, ahora se convierte en una conversación entre lenguaje e imagen. Quizá esa sea la verdadera aportación de Nano Banana: demostrar que la imaginación puede escribirse y que, cuando la tecnología se usa con mesura, también puede ayudarnos a ver —y a imaginar— mejor.
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