Nothing vuelve a colocarse en el centro del debate tecnológico con una idea que, más que anunciar un producto concreto, apunta a una incomodidad compartida por muchos usuarios. Los smartphones siguen avanzando en potencia, cámaras y capacidades internas, pero la forma en la que interactuamos con ellos apenas ha cambiado en años. No es una sensación de estancamiento tecnológico, sino la de una experiencia que se repite con ligeras variaciones y empieza a chirriar en un contexto donde la inteligencia artificial gana peso a gran velocidad.
Desde hace más de una década, el modelo dominante del smartphone gira en torno a las aplicaciones como unidades cerradas de interacción. Abrimos una app para cada tarea, saltamos entre interfaces distintas y repetimos gestos que ya forman parte del automatismo diario. Este enfoque ha funcionado bien, pero también introduce fricciones evidentes: demasiados pasos para acciones simples, demasiadas apps para necesidades cada vez más difusas y una experiencia fragmentada que no siempre se adapta al contexto real del usuario.
Es ahí donde entra la reflexión que plantea Nothing. La compañía habla del llamado “post-app phone”, un concepto que no debe entenderse como un móvil sin aplicaciones, sino como un dispositivo en el que estas dejan de ser el centro visible de la experiencia. No se trata de eliminar nada, sino de replantear el papel que juegan las apps en el día a día y de reducir la fricción que generan cuando todo pasa necesariamente por abrirlas de forma explícita.
En este enfoque, muchas acciones cotidianas podrían realizarse sin que el usuario tenga que pensar en qué aplicación está usando. Consultar información, responder mensajes, ajustar opciones o iniciar tareas serían procesos más directos, mediados por una capa inteligente que entiende la intención y actúa en consecuencia. Las apps seguirían ahí, pero en un segundo plano, casi invisibles, funcionando más como servicios que como destinos.
https://t.co/PtZyZtqvw9
— Rohit Pakalapati (@rohitspeakshere) December 23, 2025
La inteligencia artificial es la pieza que hace que este discurso cobre sentido ahora. Durante años se han intentado simplificar las interfaces móviles con accesos rápidos, widgets o automatismos, pero siempre con resultados limitados. La IA, en cambio, permite interpretar contexto, anticipar necesidades y encadenar acciones de forma flexible, algo que hasta hace poco no era viable a gran escala ni con la fiabilidad necesaria para el uso diario.
Conviene recordar que esta idea no es completamente nueva. La industria lleva tiempo intentando reducir la dependencia explícita de las apps mediante respuestas directas, notificaciones interactivas o asistentes cada vez más capaces. La diferencia es que ahora la tecnología empieza a estar a la altura del discurso. Lo que antes eran atajos rígidos o experimentos aislados puede convertirse en una experiencia coherente si la IA logra integrarse de forma natural en el sistema.
Nothing no afirma que este cambio sea inmediato ni que el modelo actual esté agotado, pero sí pone el foco en una pregunta incómoda: ¿tiene sentido que sigamos usando el smartphone igual que hace quince años cuando la tecnología que lo impulsa ha cambiado tanto? Quizá el futuro no pase por eliminar las apps, sino por hacerlas cada vez menos visibles. Y en ese debate, más que dar respuestas cerradas, Nothing señala una dirección que muchos empiezan a considerar inevitable.
La entrada Nothing apunta a un futuro «sin apps» en el smartphone se publicó primero en MuyComputer.


