OpenAI ha cambiado la forma en que interactuamos con la inteligencia artificial, pero su próxima ambición va más allá del software. Durante casi dos décadas, los smartphones han sido el centro de la vida digital, convirtiéndose en herramientas indispensables para la comunicación, el trabajo y el entretenimiento. Sin embargo, a lo largo de los años, varias compañías han intentado romper con este paradigma y ofrecer alternativas que sustituyan a los teléfonos inteligentes. Ninguna ha tenido éxito, pero OpenAI parece dispuesta a asumir el desafío.
Sam Altman, CEO de OpenAI, ha confirmado que la empresa está trabajando en un dispositivo basado en inteligencia artificial con el ambicioso objetivo de reemplazar a los smartphones. Aunque no se han revelado detalles concretos sobre su diseño o funcionalidades, Altman ha dejado claro que su propósito es crear un producto tan revolucionario como lo fue el iPhone en 2007. En otras palabras, OpenAI no busca lanzar un nuevo tipo de teléfono, sino algo que cambie la manera en que interactuamos con la tecnología.
Para garantizar el rendimiento de este dispositivo, OpenAI también estaría desarrollando sus propios chips. Siguiendo la estrategia de Apple con sus procesadores Apple Silicon, la compañía quiere asegurar una integración óptima entre hardware y software. Este movimiento tiene sentido si consideramos la creciente dependencia de OpenAI en centros de datos con GPUs de NVIDIA, cuyo alto coste y disponibilidad limitada podrían convertirse en un obstáculo para la viabilidad del proyecto a largo plazo.

El planteamiento de OpenAI recuerda a la visión de Jony Ive, el exdiseñador de Apple que en 2024 confirmó su colaboración con la compañía en un proyecto similar. Como ya te contamos el pasado mes de septiembre, Ive y OpenAI exploraron cómo la inteligencia artificial generativa podría redefinir la interacción entre humanos y dispositivos. Se especula que este nuevo producto podría inspirarse en conceptos como el AI Pin de Humane o el Rabbit R1, diseñados para depender de la IA en lugar de pantallas táctiles tradicionales.
Sin embargo, reemplazar a los smartphones no será tarea fácil. Intentos previos, como el AI Pin, han demostrado que estos dispositivos aún presentan muchas limitaciones, desde problemas de funcionalidad hasta falta de adopción por parte del público. Otras compañías han explorado alternativas, como las gafas de realidad mixta, pero tampoco han conseguido sustituir al smartphone como herramienta principal. OpenAI tendrá que superar estos desafíos si realmente quiere marcar un punto de inflexión en la industria tecnológica.
La ambición de OpenAI es clara: cambiar la manera en que interactuamos con la tecnología. Sin embargo, el éxito de este proyecto dependerá de factores clave como la usabilidad, la integración con el ecosistema digital y, sobre todo, la aceptación del público. La gran pregunta es: ¿estamos realmente preparados para un mundo sin smartphones?
 
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