Hay momentos en los que la industria del videojuego acelera su propio reloj. Las consolas, que desde hace ya algún tiempo han seguido un ciclo de vida casi ritual de siete años, parecen ahora responder a un ritmo distinto, más cercano al de la evolución del hardware de PC que al del calendario tradicional. En ese contexto, hablar de PS6 ya no es anticiparse demasiado, sino asumir que el relevo generacional de Sony podría producirse antes de lo previsto.
Todo apunta a que la compañía habría fijado el inicio de la producción de su nueva consola entre finales de este año y principios de 2026, lo que situaría su lanzamiento comercial en torno a 2027. De confirmarse, se trataría de un adelanto importante respecto a los plazos habituales de la saga PlayStation. La estrategia de Sony buscaría así acortar el ciclo entre generaciones y mantener la competitividad en un mercado donde la innovación técnica ya no puede permitirse pausas prolongadas.
La decisión tendría una base estratégica clara: la aceleración de la tecnología gráfica y la presión del hardware de PC han acortado la brecha de rendimiento entre generaciones. Sony estaría decidida a romper el patrón clásico de siete años, introduciendo un modelo de desarrollo más ágil, capaz de adaptarse antes a los nuevos estándares técnicos. Este cambio también responde al movimiento de otros actores del sector, que trabajan ya en proyectos de nueva generación para 2027.
En paralelo, la compañía se encontraría en la fase de diseño y prototipo de la consola, colaborando nuevamente con AMD para desarrollar una nueva APU personalizada. Las primeras informaciones apuntan a una evolución significativa respecto a la arquitectura actual de PS5, con CPU basadas en Zen 5 o Zen 6 y GPU derivadas de RDNA 4 o RDNA 5. El enfoque sería potenciar la eficiencia y el rendimiento gráfico manteniendo la retrocompatibilidad plena con la actual generación, una de las prioridades declaradas de Sony.
Con PS5 Pro ya consolidada en el mercado desde septiembre de 2024, Sony dispone de una base técnica madura sobre la que avanzar hacia la próxima generación. Este modelo intermedio ha servido como plataforma de transición, introduciendo mejoras sustanciales en rendimiento gráfico y eficiencia térmica. También ha permitido a los estudios adaptarse a nuevas herramientas de desarrollo y familiarizarse con las tecnologías que definirán la arquitectura de PS6, una consola que hereda buena parte de esa evolución técnica.
Las expectativas técnicas para PS6 apuntan alto: rendimiento gráfico superior a los 20 teraflops teóricos, un sistema de almacenamiento más rápido, y soporte nativo para resolución 8K. Además, la consola apostaría por una mayor integración con el juego en la nube y con los servicios digitales del ecosistema PlayStation, especialmente PlayStation Plus. Ahora bien, como ya te adelantábamos hace unas semanas, hay que tener cuidado con estas expectativas, pues es posible que los rumores estén apuntando demasiado alto.
Mientras tanto, los jugadores observamos cómo el horizonte se acorta. La próxima generación ya no se vislumbra como un futuro lejano, sino como una realidad que empieza a tomar forma en los laboratorios de Sony. Pienso que, quizá por primera vez, PS6 no solo simboliza una evolución técnica, sino un cambio en el propio ritmo de la industria. Porque, si el futuro de los videojuegos llega antes de lo esperado, lo más difícil ya no será imaginarlo, sino alcanzarlo a tiempo.
Más información
La entrada PS6 podría llegar antes de lo esperado se publicó primero en MuyComputer.