Sony está trabajando en dos consolas de próxima generación, una PS6 y una versión portátil de esta consola que, en teoría, podría tener una potencia superior a Xbox Series S, pero inferior a PS5. Si esto se confirma, esa versión portátil no será en realidad una consola de nueva generación, sino una especie de sistema a caballo entre la generación actual y la próxima.
Toda la información que ha ido apareciendo durante las últimas semanas ha dado pie a un montón de especulación con algunos detalles y estimaciones que son bastante interesantes, pero también a rumores bastante locos que no tienen ningún sentido, y que no merecen ningún tipo de credibilidad.
Una de las ideas que ha ido cogiendo forma, y que ha generado cierto interés, es la posibilidad de que Sony lance una PS6 portátil con una CPU basada en la arquitectura ARM, y también hemos visto propuestas de crear una PS6 con CPU RISC-V y una versión Pro de esta consola con una CPU x86. Sí, es una auténtica locura y un sinsentido, y os voy a explicar por qué.
Utilizar diferentes CPUs en PS6 daría muchos problemas
Cuando una empresa quiere diseñar una consola, tiene que elegir una configuración de hardware que cumpla con una serie de requisitos que son fundamentales e imprescindibles:
Debe permitir un salto generacional apreciable, comparado con la generación anterior, obviamente.
Tiene que ser viable técnica y económicamente, es decir, tiene que ser fácil de producir y el coste del hardware debe ser aceptable para que el precio final de la consola no se dispare.
Debe ser fácil de adquirir bajo un suministro estable, esto es necesario para evitar problemas de escasez de componentes que puedan afectar a la capacidad de fabricación de la consola.
Esa configuración de hardware también debe cumplir con otro requisito clave, y es que tiene que simplificar la retrocompatibilidad con los juegos de la generación anterior. Una consola que no cumpla con este requisito dificultaría o incluso podría imposibilitar la retrocompatibilidad, y esto la dejaría en una clara desventaja frente a sus rivales.
Tanto PS4 como PS5 utilizan una CPU x86-64. Con esto en mente, pensad ahora en lo que supondría para Sony lanzar una PS6 con una CPU RISC-V, o poner en el mercado una portátil con CPU ARM. La obligaría a sumergirse en un complejo trabajo de emulación para poder conseguir la retrocompatibilidad de ambas consolas con los juegos de las generaciones anteriores.
Interesante, pero este no sería el único problema. Crear diferentes diseños de hardware para consolas de una misma generación supondría una carga de trabajo enorme, dispararía los gastos, complicaría muchísimo la cadena de suministro y crearía un escenario caótico tanto para Sony como para los desarrolladores.
Si a los desarrolladores ya les supone un «calvario» sacar adelante sus proyectos en consolas con diferente potencia pero mismas arquitecturas, pensad en Xbox Series S y Xbox Series X, imaginad lo que supondría para ellos tener que desarrollar juegos en consolas que no solo tienen diferente potencia, sino que además utilizan hasta tres arquitecturas CPU diferentes (ARM, RISC-V y x86-x64).
Llegados a este punto es fácil entender por qué esa idea de utilizar diferentes CPUs en PS6 no tiene ningún sentido. Solo daría quebraderos de cabeza, afectaría negativamente al precio de las consolas y de los juegos, y al final acabaría siendo negativo para los propios jugadores.
Qué podemos esperar de ambas consolas
Lo más probable es que tanto PS6 como su rumoreada versión portátil utilicen APUs personalizadas diseñadas por AMD y fabricadsa por TSMC. Estas tendrán una CPU x86-x64, y contarán con una GPU Radeon. Puede que utilicen arquitecturas diferentes, pero la familia de instrucciones base será la misma, x86-x64.
Dado que PS6 será mucho más potente, esta consola podría contar entre sus especificaciones con un procesador Zen 5 o Zen 6, y con una GPU Radeon UDNA configurada con 3.584 shaders, aproximadamente.
Por su parte, la versión portátil podría contar con una CPU Zen 4 o Zen 5 para reducir costes, y con una GPU basada en la arquitectura RDNA 4, aunque no podemos descartar la posibilidad de que utilice también una GPU UDNA. En cualquier caso, esta debería tener entre 1.280 y 2.048 shaders.
La entrada PS6 y PS6 portátil no tendrán procesadores diferentes, no tiene sentido se publicó primero en MuyComputer.