Valve quiere que la Steam Deck 2 sea una gran evolución frente al modelo actual, y para conseguirlo está dispuesta a esperar todo lo que sea necesario. ¿Por qué es tan importante esperar? Pues muy sencillo, porque de esta manera puede acceder a un hardware más avanzado, no solo en términos de potencia, sino también de soporte de nuevas tecnologías.
AMD lanzó recientemente las Radeon RX 9000 con arquitectura RDNA 4, y confirmó que FSR 4 solo funcionará con estas tarjetas gráficas. Todas las arquitecturas anteriores quedan limitadas a FSR 3.X, y ni siquiera las Radeon RX 7000 podrán utilizar sus núcleos especializados en IA para marcar alguna diferencia. Una mala noticia, sin duda.
Todavía no se han confirmado las especificaciones finales de la Steam Deck 2, pero sabemos que Valve está trabajando con AMD para conseguir un SoC totalmente personalizado, lo que significa que esta nueva consola no va a utilizar una APU Ryzen Z2 genérica con GPU RDNA 3.5, sino que contará con algo mucho más especial.
Steam Deck 2: ¿la primera portátil con GPU RDNA 4?
Es muy probable que así sea. No hay señales de que Valve vaya a lanzar una Steam Deck 2 ni a corto ni a medio plazo, y la compañía podría aprovechar el tiempo y esa cercanía con AMD para cerrar un acuerdo que le permita conseguir un SoC con muy potente y eficiente, equipado con una GPU basada en la arquitectura RDNA 4.
Tiene sentido, y permitiría a Valve ofrecer una consola puntera y diferenciada de sus rivales directos. Una Steam Deck 2 con una GPU RDNA 4 no solo tendría una mejor relación en potencia y eficiencia que los sistemas basados en RDNA 3.5, sino que además contaría con la ventaja de soportar FSR 4, un reescalado mejorado con IA está muy por encima de FSR 3.1.
Las primeras pruebas confirman que FSR 4 es tan bueno que está, en general, a la altura o incluso un poco por encima en ciertas situaciones de NVIDIA DLSS con el modelo CNN. Esto supone un avance muy grande, y permitiría a la Steam Deck 2 aplicar un reescalado avanzado que mejoraría mucho el rendimiento, y que mantendría una calidad de imagen muy superior.
Esta tecnología también ayudaría a mejorar la autonomía del sistema. He realizado numerosas pruebas utilizando reescalado en juegos con equipos que dependen de una batería para funcionar, y os puedo confirmar que limitando la tasa de FPS a 30 y activando reescalado para reducir el uso de la GPU es posible conseguir una mayor duración de la batería.
¿Qué debería tener la nueva consola de Valve?
Además de contar con esa GPU RDNA 4 personalizada, la Steam Deck 2 debería estar acompañada de una CPU basada en la arquitectura Zen 5 y configurada como mínimo con 6 núcleos y 12 hilos. Los juegos dependen más del IPC y de la arquitectura, así que un procesador de este tipo sería más que suficiente, y Valve podría reducir costes de forma considerable.
También cabe la posibilidad de que traiga una CPU de 8 núcleos y 16 hilos, pero esta aumentaría los costes, y no tendría un gran impacto en juegos. La GPU es más importante en este sentido, y por eso Valve debería centrar sus esfuerzos en conseguir una GPU RDNA 4 lo más equilibrada posible para su nueva consola.
El resto de las especificaciones que debería tener esta consola son muy fáciles de deducir. La Steam Deck 2 debería venir con una pantalla OLED 1080p, una resolución óptima para una portátil. También debería contar al menos con 24 GB de memoria LPDDR5X (16 para sistema y 8 GB para la GPU integrada), y su configuración base de almacenamiento no debería bajar de los 512 GB, sobre todo teniendo en cuenta el espacio que ocupan los juegos actuales.
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