Durante bastantes años, el mundo del gaming a orbitado en torno a cajas cerradas, conectadas al televisor del salón, con discos y mandos como pasaporte a otros mundos. Pero las estructuras se mueven, y algunas fisuras empiezan a marcar una transición más profunda. Take-Two, uno de los gigantes del sector, no duda en poner nombre a ese cambio: el futuro del gaming está en el PC. Así lo expresó su CEO, Strauss Zelnick, en una entrevista reciente, en la que también trazó un mapa claro del papel que jugarán las consolas y el imparable empuje del móvil en los próximos años.
Zelnick no fue ambiguo. En conversación con la cadena CNBC, afirmó que aunque las consolas no desaparecerán, el negocio se está desplazando hacia plataformas abiertas. “Creo que se está moviendo hacia el PC y que el negocio está migrando hacia sistemas abiertos más que cerrados”, explicó. No se trata solo de una preferencia tecnológica, sino de una lectura estructural del mercado, en el que el ecosistema PC ofrece flexibilidad, interoperabilidad y una comunidad cada vez más central en el desarrollo y consumo de videojuegos.
Eso no significa que las consolas vayan a desaparecer, al menos no como concepto. El propio CEO matizó que si se entiende “consola” como sinónimo de una experiencia de juego profunda, prolongada, en pantalla grande, entonces esa idea está lejos de extinguirse. Es la forma lo que está cambiando, no el fondo. La convergencia entre plataformas ya es visible: Microsoft lo reconoce abiertamente y Valve acaba de presentar un híbrido entre consola y ordenador. El hardware se diversifica, pero la lógica del PC —abierta, escalable, conectada— es la que gana peso.
En cuanto a la distribución actual del mercado, Take-Two maneja cifras que reflejan esa transición. Su último informe financiero muestra que los ingresos procedentes de juegos móviles ya superan a los de consola: un 46 % frente a un 41 %, mientras que el PC y otras plataformas representan un 13 %. Zelnick destacó que el móvil es más accesible, transportable y repetible, lo que lo convierte en el segmento con mayor proyección de crecimiento. La compañía espera que su división móvil aumente un 10 % en el próximo trimestre, impulsada por su adquisición de Zynga, una operación de 12.700 millones de dólares que ahora lidera la facturación del grupo.
Este escenario sitúa a Take-Two en una posición singular: con franquicias potentes como Grand Theft Auto, NBA 2K o Borderlands dominando en consola y PC, pero con el móvil como motor económico en expansión. El mercado se fragmenta, sí, pero también se complementa. Mientras Sony y Nintendo mantienen una apuesta sólida por el modelo tradicional de consola, Microsoft y otros actores del sector avanzan hacia una lógica de servicios, nube y hardware híbrido. El PC, en ese contexto, se presenta como la intersección natural de todas esas corrientes.
Personalmente, no me sorprende este giro hacia el PC como eje del futuro. Lo que antes era una plataforma para entusiastas, hoy es un espacio moldeable, accesible y central en la cadena de valor del videojuego. La clave estará en cómo se gestionan los entornos abiertos sin perder calidad, y en cómo se equilibra esa apuesta con la potencia comercial del móvil. Pero hay algo claro: si el futuro se construye con flexibilidad, escala y comunidad, entonces sí, el PC parece el lugar donde todo eso converge.
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