Windows 1 cumplió ayer el cuadragésimo aniversario de su lanzamiento. Anunciado dos años antes, fue el primer Windows de Microsoft y aunque fue un fracaso a nivel comercial sentó las bases del éxito posterior del ecosistema y el dominio de los escritorios informáticos.
Ya ha llovido… El 20 de noviembre de 1985 Microsoft era una empresa muy distinta a la que hoy conocemos y estaba lejos de convertirse en el gigante del software. Cuatro años antes su sistema operativo MS-DOS llegó al primer PC IBM y después lanzó su primer procesador de textos, Word, que como Windows ha terminado siendo clave para el dominio de la computación cliente.
Windows 1 se concibió inicialmente como un entorno destinado a complementar a MS-DOS y en respuesta al interés del mercado en las interfaces gráficas de usuario, que habían arrancado con la computadora Lisa de Apple incluyendo una interfaz gráfica compuesta por la interacción del ratón con ventanas, iconos y menús.
Aunque el primer Windows no alcanzaba el nivel del Mac OS ni era una GUI real, contaba con otras ventajas como un precio reducido y requisitos de hardware mínimos. Además, Microsoft estrenó un concepto que a lo largo de las décadas ha sido fundamental para su dominio: las preinstalaciones en equipos de terceros gracias a la compatibilidad con empresas que en aquellos momentos trabajaban con ordenadores personales, como HP, Compaq, Texas Instruments y otros.
Windows 1.0 no logró apenas popularidad comercial con solo 500.000 unidades vendidas en dos años, pero el primer paso estaba dado y unos años después llegó Windows 3.0 como el primero de éxito comercial y muy especialmente el Windows 95 que supuso un antes y un después en Microsoft y en el mundo de los ordenadores personales, una pieza clave en la evolución y posterior desarrollo de la informática de consumo y el comienzo de un monopolio en sistemas operativos de escritorio que llega hasta nuestros días.
Windows 1 y el futuro de Windows
Los 40 años del primer Windows llegan en un momento de encrucijada para Microsoft por el fiasco de Windows 11 y la deriva que está tomando el desarrollo a favor de un sistema basado en agentes de IA, que los usuarios han criticado masivamente.
Aunque Pavan Davaluri, responsable del sistema operativo, ha salido a los medios para reconocer que tienen mucho trabajo por hacer, que han oído a la comunidad y que están dispuestos a abordar las inquietudes, esta misma semana han publicado la primera versión de Windows 11 con agentes de IA.
Los usuarios no entienden ese esfuerzo cuando Windows 11 tiene problemas mucho más importantes a resolver, comenzando por su amplia colección de errores derivados del fallido control de calidad en el lanzamiento de las actualizaciones. Inconsistencia de la interfaz de usuario; bloatware; falta de rendimiento; inflado de software, publicidad… ¿Cómo podemos confiar en que Microsoft implemente correctamente la IA, manteniendo nuestra privacidad y seguridad, y el rendimiento requerido, cuando incluso elementos básicos de la interfaz de Windows 11 siguen fallando?
Ya sabes nuestra opinión. El uso práctico de la IA está lejos de la teoría. Y aún está más lejos en sistemas operativos heredados. Windows 11 no necesita más IA insustancial que ocupe todo el sistema, necesita inteligencia humana que ponga al usuario por encima de los intereses comerciales y solucione primero los graves problemas de calidad de software que llevamos sufriendo desde hace una década. Casi nada en el aniversario del lanzamiento del primer Windows.
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