Hay tareas cotidianas que, por simples que parezcan, arrastran una incomodidad absurda. Ajustar el brillo o el contraste de un monitor externo, por ejemplo. A estas alturas, con Windows 11 consolidado como plataforma moderna, uno esperaría que esas funciones básicas estuvieran plenamente integradas en el sistema. Pero no. Seguimos recurriendo a los botones físicos, menús confusos o software de fabricante que en no pocas ocasiones no está a la altura. Microsoft, por fin, parece dispuesto a romper con esa dinámica.
Según una reciente filtración, PowerToys —la imprescindible colección de utilidades avanzadas para usuarios de Windows— está a punto de incorporar una nueva herramienta llamada Power Monitor. Su objetivo: ofrecer control nativo desde el sistema operativo sobre parámetros esenciales de pantallas externas, como el brillo, el contraste, la temperatura de color, e incluso el volumen de los altavoces incorporados. La función está todavía en fase de desarrollo, pero todo apunta a que transformará por completo la forma en que interactuamos con nuestros monitores.
Hasta ahora, cambiar esos ajustes requería una dosis de paciencia y dedos ágiles para maniobrar con botones mal colocados bajo la pantalla. En el mejor de los casos, los fabricantes ofrecían utilidades para Windows, pero muchas veces estas eran pesadas, poco fiables o directamente incompatibles con ciertas configuraciones. Con Power Monitor, el control se traslada al sistema: sin necesidad de drivers extra ni herramientas de terceros. Basta con abrir una ventana y mover unas barras deslizantes.
La interfaz —según las primeras capturas filtradas— mostrará el modelo del monitor en la parte superior, junto con controles horizontales para los diferentes parámetros. Una solución clara, directa y, sobre todo, coherente con la filosofía de accesibilidad y centralización que Microsoft ha ido ha pretendido adoptar (con éxito desigual en cada caso) en sus últimas versiones de sistema. Para quienes usan configuraciones con varios monitores, este paso puede suponer una mejora considerable en términos de fluidez y ahorro de tiempo.
El impacto va más allá de lo funcional. Imagina pasar de un perfil de trabajo con bajo brillo y tonos cálidos, a otro pensado para juegos o edición de vídeo, con alto contraste y colores más fríos, sin tener que levantarte ni tocar el monitor. Esa es la promesa de Power Monitor: facilitar transiciones, eliminar fricciones y devolverle al usuario el control sin complicaciones técnicas. Es una mejora pequeña en apariencia, pero con consecuencias notables en la experiencia diaria.
Por ahora, no hay fecha concreta para su lanzamiento. Microsoft podría desplegarla primero entre los usuarios del programa Windows Insider, como es habitual, antes de incluirla en una versión estable de PowerToys. Tampoco se descarta que el módulo evolucione con funciones adicionales, como perfiles personalizados o herramientas de calibración avanzada. Sea como sea, una vez más PowerToys suma una función que quizá debería formar parte del propio sistema operativo.
Como ya he dicho en otras ocasiones, a veces los mayores avances no se miden en revoluciones, sino en reparaciones. En esos detalles que, una vez resueltos, nos hacen preguntarnos cómo hemos podido estar tanto tiempo sin ellos. Si Power Monitor cumple lo que promete, será una de esas mejoras silenciosas que no llenan titulares, pero sí mejoran de forma tangible el día a día de miles de usuarios.
Más información
La entrada Windows 11 integrará control de monitores externos se publicó primero en MuyComputer.


