Hubo una época en la que a Microsoft le preocupaba tanto la piratería de su sistema operativo estrella que no dejaba de buscar maneras de hacerle frente. Windows XP fue uno de los sistemas operativos más populares y más afectados por la piratería, y el gigante de Redmond encontró una manera muy curiosa de hacer frente a los piratas en aquella época, Bob.
Puede que a muchos de vosotros no os suene este nombre, pero la verdad es que fue uno de los proyectos más curiosos que ha desarrollado nunca el gigante de Redmond, y representó un intento por parte de la compañía de renovar por completo la interfaz de Windows para convertirlo en un sistema operativo más visual y asequible.
Microsoft Bob fue una nueva interfaz visual compatible con Windows 3.1, Windows 95 y Windows NT que contaba con un asistente personal en forma de perro. La interfaz se nos presentaba como un hogar con diferentes dependencias, y en cada una de ellas podíamos realizar diferentes acciones propias de un sistema operativo, mientras que recibíamos la ayuda y las sugerencias de ese perro que nos iba acompañando.
La idea era interesante, pero al final acabó siendo un fracaso. Dicen que sus altas exigencias de hardware para la época, y el hecho de que hubiera que comprar este software por separado a un precio considerable, hicieron que la gente Bob pasara por los noventa con más pena que gloria.
Windows XP y Microsoft Bob contra la piratería
Cuando Microsoft lanzó Windows XP la piratería ya era un serio problema para el gigante. En uno de sus intentos de encontrar una forma de luchar contra la piratería la compañía se dio cuenta de que, tras colocar este sistema operativo en el CD de instalación, sobraban 30 MB de espacio, y pensó que podría aprovechar ese espacio para introducir algo que le permitiera prevenir la piratería.
La sorpresa fue mayúscula, porque al final lo que instaló Microsoft en esos 30 MB de espacio libre no fue otra cosa que una versión cifrada de Microsoft Bob. Esto por sí solo no ayudaba a evitar la piratería de Windows XP, pero Microsoft tuvo la inteligente idea de hacer que durante el proceso de instalación de este sistema operativo fuese obligatorio verificar la presencia de Bob en el CD.
Aquellos que se descargaban con una copia de la imagen de instalación de Windows XP debían hacerse también con esos 30 MB adicionales de Microsoft Bob, ya que sin ellos la instalación del sistema operativo no era posible. Esto ocurría en una época en la que las conexiones a Internet todavía eran muy lentas, tanto que bajar 30 MB podía llevar varias horas.
Incorporar Microsoft Bob como relleno en el disco de Windows XP hizo que piratear este sistema operativo fuese mucho más difícil, y consiguió algo bastante curioso, que Bob fuese más útil «muerto» que «vivo».
La entrada Windows XP tenía un secreto para evitar la piratería, y tuvo su origen en un fracaso de Microsoft se publicó primero en MuyComputer.