El prolífico diseñador conceptual Abdi (AR 4789) vuelve con una nueva prueba de concepto que con el nombre de Windows 11 2025 Edition podría convertirse en una realidad si Microsoft permitiera a su departamento de arte dar rienda suelta para ampliar los límites del diseño y dotar de coherencia a todos sus componentes, algo que lamentablemente no exhiben los actuales.
La situación de los sistemas operativos de Microsoft sigue siendo delicada. Windows 10 sigue siendo el rey del escritorio informático por cuota de mercado y los días se descuentan del calendario rápidamente hasta esa fecha crítica de octubre de 2025 donde finalizará su vida útil. A partir de ahí, queramos o no, solo quedará Windows 11 en el horizonte a no ser que la firma de Redmond nos sorprenda con un Windows 12 verdaderamente revolucionario que pedimos a gritos millones de usuarios.
Con la premura del tiempo, otra solución sería mejorar a tope Windows 11 dejando a un lado la obsesión por la inteligencia artificial y retomando funcionalidades que Microsoft piensa que no necesitamos inspirándose en diseños como el que nos ocupa en esta entrada.
Windows 11 2025 Edition
AR 4789 nos ha ido regalando su visión en decenas de diseños de Windows. De los actuales, de los futuros y de otros tan espectaculares como el MiracleOS que apostaban por una alternativa completa. Ahora nos llega con otro que sin ser tan revolucionario mejora el apartado visual del Windows 11 en todos sus apartados.

Los aspectos más destacados del concepto, que lamentablemente no es un sistema operativo que se pueda descargar e instalar, incluyen la posibilidad de usar el PC para navegar por la web y tomar notas mientras se instala, una característica que varios diseñadores han venido introduciendo en algunos de sus diseños y que puede ser interesante para ocupar ese monótono tiempo de instalación.
Vemos una nueva barra de tareas con una selección de diferentes estilos, un nuevo menú de inicio revisado que parece increíble que se siga desarrollando cuando el de Windows 7 era cuasi perfecto, una interfaz más limpia, un explorador de archivos más funcional y ordenado, y en general un diseño coherente que falta de los sistemas operativos de Microsoft desde hace varias versiones.
Incluye renovación de iconos o de fondos, de componentes del sistema como los widgets y las aplicaciones principales donde vemos una versión completamente nueva del reproductor multimedia Windows Media Player. Las funciones de inteligencia artificial están presentes como no podía ser de otra forma, pero son accesorias sin limitar al resto de componentes, la interfaz o su comportamiento.

Al igual que la mayoría de los diseños de Abdi, la verdad es que se ven geniales estos conceptos. El problema es que siguen siendo conceptos realizados sobre una mesa de dibujo y no es sencillo trasladarlo a una versión ejecutable de ‘ceros’ y ‘unos’ de un desarrollo como Windows que tiene una cantidad de código monstruoso, alguno legado que data desde Windows 95. Soportar todo el ecosistema de software y hardware es sumamente complicado y una parte de lo que llamamos ‘errores de Windows’ que se vienen repitiendo con cada actualización, es más responsabilidad de terceros.
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