Cuando Siri debutó en el iPhone 4S en 2011, supuso una auténtica revolución. Fue el primer asistente virtual integrado en un smartphone, capaz de responder preguntas, establecer recordatorios y ejecutar comandos de voz con una fluidez sorprendente para la época. Sin embargo, mientras Microsoft, Google y Amazon han seguido evolucionando sus asistentes con inteligencia artificial avanzada, Apple ha mantenido a Siri en una posición más conservadora. Ahora, con el auge de la IA generativa, la compañía de Cupertino se enfrenta a una presión creciente para modernizar su asistente, pero todo apunta a que el cambio no será rápido.
Apple ha confirmado que muchas de las esperadas mejoras de Siri con Apple Intelligence no llegarán con iOS 18, como nos dijeron en la WWDC 2024. La compañía tenía previsto introducir funciones avanzadas, como una mejor comprensión del contexto personal y la capacidad de ejecutar acciones entre aplicaciones, pero la portavoz de Apple, Jacqueline Roy, ha reconocido que «nos llevará más tiempo del que pensábamos entregar estas funciones y anticipamos implementarlas en el próximo año«. Este retraso supone un contratiempo importante, ya que Apple Intelligence se había perfilado como el pilar central de la evolución del ecosistema Apple en materia de IA.
Más preocupante aún es el pronóstico a largo plazo. Según Mark Gurman, la gran transformación de Siri podría no estar lista hasta 2027, con iOS 20. Apple planea reconstruir Siri sobre una nueva arquitectura de IA generativa, utilizando modelos de lenguaje avanzados (LLM) que le permitan interpretar el contexto con mayor precisión y realizar tareas más complejas. Sin embargo, el proceso está siendo más lento de lo esperado debido a varios obstáculos internos: escasez de hardware para entrenar la IA, liderazgo ineficaz en el desarrollo de Apple Intelligence y una fuga de talento hacia otras compañías tecnológicas.

Este retraso no solo afecta a Siri, sino que también pone en entredicho la estrategia de Apple en el ámbito de la inteligencia artificial. Mientras Google ha integrado Gemini en su ecosistema, Microsoft ha expandido Copilot a sus dispositivos y Amazon ha anunciado una versión mejorada de Alexa, Apple sigue en una fase de transición. Su reacción tardía al boom de la IA ha generado dudas sobre su capacidad para competir en este terreno, y la demora en la renovación de Siri refuerza la percepción de que la compañía aún está buscando su lugar en la nueva era de la inteligencia artificial.
Por ahora, Apple sigue apostando por una evolución progresiva, con mejoras incrementales en Siri que llegarán en futuras versiones de iOS. Sin embargo, la gran pregunta es si esta estrategia será suficiente para recuperar el terreno perdido. ¿Será este retraso una oportunidad para lanzar un asistente realmente revolucionario, o una señal de que Apple sigue un paso por detrás en la carrera de la IA? Lo que está claro es que Siri tiene mucho que demostrar si quiere volver a ser la referencia en asistentes virtuales que una vez fue.
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