Oh, necesito que Donald Trump lance su propio móvil, el Trump Mobile, dijo nadie, nunca (es el análisis de emergencia que ha hecho mi chica al saber de esta noticia, y con el que coincido plenamente). Cuando pensábamos que la diversificación de la marca Trump ya había tocado techo —hoteles, vinos, filetes y hasta agua embotellada—, ahora le toca el turno al sector de las telecomunicaciones. Bajo el nombre de Trump Mobile, el presidente y su entorno presentan una operadora virtual con tarifas «patrióticas» y un móvil dorado que haría palidecer de envidia a cualquier aspirante a magnate de los 80.
El lanzamiento, como no podía ser de otra manera, tuvo lugar en la Trump Tower de Nueva York. Donald Trump Jr. y Eric Trump fueron los encargados de presentar «The 47 Plan», una tarifa de 47,45 dólares al mes (por si alguien no había pillado aún la referencia al 47º presidente de Estados Unidos). Este plan incluye llamadas, datos y mensajes ilimitados. Pero lo más llamativo fue, sin duda, el terminal T1: un smartphone dorado con pre-reserva abierta por 100 dólares y un precio final de 499.
Sobre el papel, el T1 no suena mal: pantalla OLED de 6,78 pulgadas con tasa de refresco de 120 Hz, 12 GB de RAM, 256 GB de almacenamiento ampliables mediante microSD, batería de 5.000 mAh y hasta jack de auriculares. Pero, claro, cuando una hoja de especificaciones incluye frases como «5000 mAh long life camera» o confunde la RAM con el almacenamiento, es difícil no arquear una ceja. Por si fuera poco, no se indica ni el procesador ni el fabricante, lo que arroja serias dudas sobre el verdadero origen del dispositivo. Y, llamadme loco, pero tengo la sensación de que se va a fabricar en alguno de esos países en los que Trump no quiere que fabriquen otras tecnológicas estadounidenses.
La red, como era de esperar, no es más que un operador virtual (MVNO) que se apoya en la infraestructura de T-Mobile, igual que hacen servicios como Mint Mobile o Metro. El envoltorio es nuevo, pero el contenido es reciclado. Eso sí, se promete atención al cliente 100% estadounidense y servicios añadidos como telemedicina 24/7. Todo muy MAGA.
Por supuesto, la marca «T1» y el propio nombre «Trump» han sido registrados ya ante la oficina de patentes estadounidense. Pero puede que no todo sea tan sencillo: T-Mobile podría tener algo que decir si considera que el nombre «T1» choca con sus marcas actuales. Habrá que ver si esta aventura empresarial también termina en los tribunales.
Las implicaciones éticas y regulatorias tampoco son menores. La FCC tendrá que decidir si una red vinculada directamente al entorno de un presidente puede operar con total independencia. La mezcla entre negocios privados y política sigue siendo una constante en el universo Trump.
Mientras tanto, desde el sector tecnológico no han faltado las reacciones irónicas. Carl Pei, fundador de Nothing, respondió con un escueto «We’re cooked», dejando claro que no se toma muy en serio la irrupción del expresidente en este mercado. Y es que no se trata del primer famoso que prueba suerte en las telecomunicaciones. Ryan Reynolds, por ejemplo, acabó vendiendo su participación en Mint Mobile cuando la burbuja mediática dejó paso a la realidad operativa.
Trump Mobile, en definitiva, parece menos una apuesta tecnológica seria que un nuevo escaparate para la marca Trump. Un envoltorio dorado que intenta disimular un producto corriente, con un plan de precios que poco tiene de competitivo y mucho de simbólico. Para quienes busquen algo funcional y moderno, las alternativas no faltan. Pero para los nostálgicos del eslogan “Make America Great Again” y los fans del dorado chillón, este puede ser el móvil de sus sueños. O de sus pesadillas.
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